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En la Ciudad de México teníamos una serie de ríos que fueron entubados para favorecer el tráfico vehicular. En muchos casos se piensa en el río como un basurero, explica Eniac Martínez. A la izquierda una de sus fotografías captadas en el Bravo, incluida en la exposición
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C iudad Juárez, Chihuahua. 14 de marzo de 2016. (RanchoNEWS).- La belleza fotográfica, aunque también la denuncia, son lecturas que arrojan las imágenes que Eniac Martínez (CDMX, 1959) tomó de los ríos de México durante seis años. Merry MacMasters reporta desde la Ciudad de México para La Jornada.
Ahora 90 de esos trabajos integran el libro Ríos, mientras 104 articulan la exposición del mismo nombre; ambos se darán a conocer el miércoles 16 en el Centro de la Imagen. El volumen cuenta con un texto del biólogo Delfín Montañana.
Para Martínez la fotografía es, sobre todo, una pregunta, expresa a La Jornada.
Las indagaciones personales del autor se hacen evidentes en la presente serie que creció en lo territorial. En un primer momento pensaba trabajar sólo tres ríos principales. Y como tiene particular gusto por la frontera, eligió el Bravo, el Suchiate y el Lerma, este último por ser el ejemplo de «todo lo que se ha hecho mal en torno a los cauces de agua en México».
Después decidió que podía hacer un trabajo más amplio. De allí que recorrió –gracias a una beca del Sistema Nacional de Creadores– 20 estados en busca de los ríos principales con la idea de reflejar en diferentes formatos fotográficos «cuál es la problemática del agua en el país».
En el libro Ríos utilizó tres formatos: 35 milímetros digital, 6 por 6 en negativo y panorámico digital, a la vez que mezcla color con blanco y negro.
Trabajó con base en cuatro ejes: La vida del río, La vida del hombre en el río, La muerte del río y La muerte que causa el río.
«Cuando el río está vivo genera vida –flora y fauna–; todo gira en torno a este cauce de agua que es una especie de bendición». Sin embargo, «México ha sido especialmente rudo en cómo trata el agua. En la Ciudad de México teníamos una serie de ríos que fueron entubados para favorecer el tráfico vehicular. En muchos casos se piensa en el río como un basurero».
En el apartado La vida del hombre en el río, Martínez refiere cómo las personas «realmente son bendecidas cuando tienen un cauce de agua en su ciudad, su pueblo o su comunidad, y cómo lo viven, ya que es un punto de comunicación y encuentro».
Sin embargo, la relación del hombre con el río ha sido en muchos casos muy nociva.
Cuántas empresas no han instalado su fábrica cerca de un cauce de agua para tirar sus desechos; de allí que «un gran porcentaje de los ríos del país están altamente contaminados. Huelen mal, hay una basura tremenda». Para el fotógrafo es «un problema de Estado».
Ejemplifica con la localidad de El Salto, Jalisco, ubicada junto al río San Pedro, cuyo nombre original es Lerma, nacido en el Nevado de Toluca.
Las textileras, fábricas de chocolates y petroquímicas instaladas en las inmediaciones de El Salto arrojan toda su basura y residuos en lo que ahora hay quien lo conoce como el «río del ahogado, porque hace unos años un niño se cayó en él, tomó unos buches de agua y a lo dos días falleció».
«Los pobladores están muriendo de cáncer», indica. Parece no haber gobierno que haga nada al respecto, pero por otro lado, «¿cuánto tardaría en limpiarse ese río después de 50 años de contaminación? Los pobladores tienen que utilizar cubrebocas porque se asfixian a cada paso».
Víctima del metano
Eniac Martínez también fue víctima del gas metano. En una ocasión –visitó cuatro veces a El Salto–, después de estar unas seis horas fotografiando, padeció una fiebre que le duró tres días.
El río también es una fuerza poderosa que tiene una muy particular forma de entrar en las ciudades y las comunidades, como se documenta en el apartado La muerte que causa el río.
«No creo –prosigue el fotógrafo– que este libro vaya a cambiar la situación de los ríos en México. Sin embargo, si junto con la exposición logro generar una reflexión y quizá un cambio de actitud respecto del agua y sus cauces, diría, bueno, puse mi granito de arena en un problema que está al borde de estallar.»
Autor de series memorables como Mixtecos, Litorales y Camino Real de Tierra Adentro, todas con un eco entre sí, Martínez cree que «el tema está arriba del fotógrafo y no al revés».
La exposición en el Centro de la Imagen (Plaza de la Ciudadela 2, Centro) incluye actividades como talleres educativos alusivos al agua. El 30 de marzo Martínez dará una plática con Magali Tercero, como interlocutora.
También dará visitas guiadas a la muestra que posteriormente será itinerante. Se creó, además, la página electrónica eniacmartinez-rios.com.
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