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Más de ocho mil personas acudieron al encuentro desde el martes pasado y hasta ayer. (Foto: Facebook CILE 2016 - Congreso Internacional de la Lengua Española)
C iudad Juárez, Chihuahua. 19 de marzo de 2016. (RanchoNEWS).- La unidad en la diversidad, el diálogo de la lengua con las artes y las ciencias y el orgullo de hablar el idioma de Cervantes y Rubén Darío presidieron el VII Congreso Internacional de la Lengua de Puerto Rico, donde se tomó el pulso a la energía creativa del español a ambos lados del Atlántico. Una entrega de EFE.
Más de ocho mil personas acudieron desde el martes pasado y hasta ayer a las actividades del Congreso, para el que se acreditaron 287 periodistas, según los datos aportados por el secretario general del Instituto Cervantes, Rafael Rodríguez-Ponga.
Académicos, escritores, artistas y creadores se reunieron en San Juan para homenajear a Miguel de Cervantes, en el cuarto centenario de su muerte, al igual que al Inca Garcilaso de la Vega y a Rubén Darío, en el primer centenario, a los que se han sumado los realizados a Pedro Salinas y Juan Ramón Jiménez.
Rodríguez-Ponga agradeció a los Reyes de España el esfuerzo realizado para acudir a Puerto Rico para presidir la inauguración del congreso, evidenciando su continuo apoyo a la cultura y lengua en español.
«Después de tanto puertorriqueñismo y puertorriqueñeidad, estamos puertorriqueñeizados para siempre», señaló.
El secretario general del Cervantes explicó cómo los asistentes a estas jornadas comparten su amor por la lengua española, «la que contra viento y marea será la lengua de Puerto Rico.
«Puerto Rico es un ejemplo mundial de lealtad lingüística y reivindicación de libertad cultural», señaló Rodríguez-Ponga.
El director de la Real Academia de la Lengua Puertorriqueña, José Luis Vega, definió este congreso como el primero celebrado en un país antillano y recordó la heterogeneidad del idioma que hablan 500 millones de personas, de las que sólo el 10 por ciento (47 millones) son españoles, mientras que 51 millones lo hablan en Estados Unidos y 120 en México.
No obstante, reconoció que, de las 22 naciones que comparten la lengua española, ninguna como España ha invertido tanto capital simbólico para hacer del idioma una herramienta de todos.
«Hablar el español de Puerto Rico es un asunto de derecho propio que pertenece a la lengua española en América y más concretamente del Caribe», dijo Vega.
Es un español «pueblerino, marinero, isleño y meridional. Se ajibaró, se acriolló y se derramó sobre zonas urbanas. Un español de gran creatividad, resistencia y contenido literario», señaló el académico.
Pero advirtió que «la lengua no puede abandonarse a la propia suerte» y expresó su preocupación por la tendencia «que arremete contra las recomendaciones de rigor o pulimiento de estilo», cuando este afán se trata de un «asunto de justicia social».
«El idioma es poder y contiene sus propias contraseñas de inclusión y exclusión que debemos conocer», dijo.
El cubano Leonardo Padura, que lamentó que no haya habido presencia oficial de ningún miembro de la Academia Cubana de la Lengua por problemas con el visado, pronunció un discurso titulado La ciudad de las palabras.
Padura recordó que no existe otra ciudad que, como La Habana, haya cuajado su imagen singular «empleando muros de piedra y argamasa de palabras».
Y explicó cómo en Cuba, al igual que en Puerto Rico, al margen de la política de emancipación, surgió el empeño de crear un pueblo con rasgos propios antes del país independiente.
Con motivo del final del Congreso, la capital vivió anoche una fiesta musical con un concierto de salsa de La Sonora Ponceña, Oscar D’León y El Gran Combo, en la Plaza del Quinto Centenario del Viejo San Juan.
Por su parte, Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes , dijo antes de la clausura que «una vez más se confirma y ratifica, se palpa y se vive, la unidad de todos los pueblos hispanohablantes para y con la lengua española.
«No ha sido un congreso de especialistas en lengua: cada uno ha sido especialista en lo suyo, pero con este planteamiento de apertura el congreso quería establecer una comunicación abierta. Se ha palpado el orgullo de hablar español», concluyó.
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