Valeria Luiselli y los niños perdidos en la frontera. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 22 de marzo de 2017. (RanchoNEWS).-La escritora mexicana publica Los niños perdidos (Sexto Piso), en donde narra el drama de miles de niños que atraviesan la frontera de Estados Unidos provenientes de Centroamérica. Escribe Alberto Gordo para El Cultural.
Valeria Luiselli (Ciudad de México, 1983) escribió Los niños perdidos mientras esperaba su Green Card, un documento necesario para trabajar en Estados Unidos. Pero el origen del libro está más atrás, en un ensayo que ella misma escribió en inglés. Fueron sus editores de Sexto Piso los que le encargaron que lo reescribiese -aumentándolo- en su lengua materna. Su historia es también fronteriza: habla de los miles de niños que llegan solos desde Centroamérica a Estados Unidos, muchos de los cuales son devueltos a su país apenas cruzan la frontera. Luiselli ha utilizado su experiencia como intérprete de estos niños en la Corte Federal de Inmigración de Nueva York.
«En el verano de 2014 -comienza a relatar Luiselli, que está estos días en España para presentar el libro- se declaró en Estados Unidos una gran crisis migratoria. Hubo, por así decirlo, una explosión mediática. El número de niños que atravesaban la frontera solos, sin la compañía de adultos, aumentó notablemente y la opinión pública tomó conciencia de lo que pasaba: pero era algo que venía pasando desde mucho tiempo antes».
La presión de la opinión pública no tuvo el efecto deseado. «El Gobierno de Obama -continúa la escritora- tomó una determinación inhumana al declararlos de interés "prioritario", lo cual sólo quiere decir que a partir de entonces serían los primeros en ser deportados». Otra consecuencia de la ley es que estos niños, que antes tenían un año para encontrar un abogado, pasan a tener 21 días para conseguirlo. Este margen, dice Luiselli, «hace casi imposible que se puedan quedar en Estados Unidos».
Luiselli vio de cerca la materia de su ensayo, ya que fue intérprete en la Corte Federal. Ayudaba a los solicitantes de asilo a completar un cuestionario de cuarenta preguntas. La primera cuestión era «¿Por qué viniste a los Estados Unidos?»; la segunda, «¿cómo viniste hasta aquí?». «Eran todas historias de terror», recuerda. No pocos niños, cuenta la escritora mexicana, venían de comunidades tan pequeñas y aisladas que ni siquiera tenían el español como primera lengua. Luiselli no considera a los niños inmigrantes, sino refugiados, pues los inmigrantes buscan trabajo y los refugiados, protección.
Los niños perdidos está estructurado en cuarenta capítulos por las cuarenta preguntas del test. A partir de unos pocos casos, Luiselli narra la situación dramática de miles de personas, y señala a varios países culpables y en particular a dos: Estados Unidos y México.
La denuncia de Luiselli trasciende presidentes y nombres concretos. Lógicamente, no es optimista con respecto a la nueva administración de Donald Trump. «La llegada de Trump ha creado pánico -afirma la escritora, que actualmente vive en Nueva York-. Y ha hecho que haya mucha prisa por ir arreglando papeles, ante la incertidumbre de lo que pasará».
La escritora señala un precedente de la política migratoria que podría llevar a cabo Trump: en 2007 Bush hizo una enmienda a una ley que protegía a las víctimas del tráfico de seres humanos. «La ley dejaba sin protección a los que venían de los países colindantes con Estados Unidos, como Canadá y México. Es decir, era una enmienda contra los mexicanos».
«Hoy, la mayoría de niños centroamericanos que llegan solos a la frontera estadounidense son inmediatamente deportados bajo una clausula cínica y siniestra denominada 'retorno voluntario'», asegura.
La escritora confía pese a todo en la fuerza de la sociedad civil estadounidense. «Estados Unidos es capaz de lo mejor y de lo peor. Pero a mí, que vengo de un país deshecho socialmente, me llama la atención su capacidad para movilizarse. La mayoría de la gente que conozco colabora de un modo u otro para combatir la actual situación», dice. Como ejemplo de esta capacidad de movilización pone el Teenage Inmigrant Integration Asociation (TIIAS).
La autora reconoce, no obstante, que la realidad neoyorquina poco tiene que ver con la «América profunda», «la de las gorras de 'Make America Great Again'», un territorio que comienza en los mismos bordes de Manhattan.
Luiselli estudió Filosofía en la Universidad de México. Los niños perdidos es en algún sentido una vuelta a la filosofía política en que se formó, y que dejó a un lado por la literatura comparada, en la que se doctoró por la Universidad de Columbia. En 2011 publicó una novela, Los ingrávidos, y en 2014 La historia de mis dientes. También en Sexto Piso ha publicado Papeles Falsos, un conjunto de ensayos narrativos.
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