C iudad Juárez, Chihuahua. 22 de marzo de 2017. (RanchoNEWS).- Cristóbal Colón no fue un navegante genovés, sino portugués. Y su viaje por el Atlántico nunca tuvo la intención de encontrar una nueva ruta hacia Las Indias para adquirir especias, sino que desde el principio supo que se dirigía a un mundo poco explorado. Además, para conseguirlo no se lanzó a la aventura, sino que utilizó la ruta que otro navegante ya había explorado, afirma el historiador francés Christian Duverger (Burdeos, 1948), que publica por primera vez las dos versiones existentes del «Diario de a bordo» de Cristóbal Colón, lo que se conoce como la bitácora del navegante donde describe su viaje, reporta Juan Carlos Talavera para Excélsior desde la Ciudad de México.
Sin embargo, derivado de sus investigaciones Duverger explica a Excélsior que existen indicios de que Colón no sólo se benefició de un viaje anterior, sino que claramente en este documento, que rece de emoción y sorpresa, como sí sucedió en las «Cartas de Relación» de Hernán Cortés.
Demostrarlo no es tan difícil, acepta el también autor de «El ancla de arena», y basta con analizar lo que el almirante llevó en su cargamento como parte del trueque: «Es interesante que Colón no llevaba textiles para un trueque normal, considerados como obsequios vistosos, exitosos y ligeros».
¿Qué llevaba entonces? «Clavos de hierro, hojas de acero, cuchillos, navajas, cascabeles de cobre y objetos de vidrio de color blanco y verde. Porque sabía que en ese mundo era más apreciado un clavo de hierro que un poco de tela».
¿Por qué es tan confusa la información sobre Colón?, se le inquiere al historiador francés. «Hay datos de que el navegante quiso eliminar las huellas de su pasado, aunado a que en el siglo XIX el Papa Pío quiso convertirlo en santo de América; eso generó una leyenda y numerosas falsificaciones de documentos para apoyar su nacimiento en Génova».
¿Por que en Génova? «Porque entonces nacer en Génova es una especie de certificado cristiano. A todas luces se buscó la manera de hacer de Colón un personaje cristiano y no judío. Pero al revisar su documentación sólo he encontrado documentos apócrifos».
La realidad es un poco distinta, insiste el investigador francés, «y la explico en este libro que reproduce las dos versiones del «Diario de a bordo» –la de su hijo Hernando Colón y la de Fray Bartolomé de las Casas–, donde queda claro que el de 1492 no fue el viaje del descubrimiento, sino que hubo otro anterior».
¿Por qué asegura que el almirante sabía lo que encontraría en América? «Si leemos este diario como un viaje oficial y no como viaje de descubrimiento, entenderemos su tonalidad y contenido; en este diario no hay ninguna emoción, sorpresa o mención alguna al continente asiático. Eso fue una invención del siglo XIX. Colón sabía exactamente lo que iba a encontrar: habitantes desnudos que viven en chozas donde no hay oro, pero sabía que era importante tomar posesión de ese territorio ante la competencia diplomática que mantenían España y Portugal».
Viaje ilegal
Duverger acepta que el viaje de Cristóbal Colón fue ilegal y, en cierto punto, una declaración de guerra a Portugal, dado que según el Tratado de Alcáçovas que consiguió la paz entre ambos países, en 1479, donde se estableció que España dejaba el control del océano Atlántico a Portugal, mientras que éste renunciaba a extender su poder en la península ibérica.
¿Por qué Portugal no declaró la guerra a España cuando supo la situación? «El rey Juan II de Portugal se enteró en voz del propio Colón sobre la exploración, pero no quiso una nueva guerra porque estaba más interesado en África y la India. Pero dos años después firmará el Tratado de Tordesillas, donde se desplazará la línea divisoria del océano a favor de España y Portugal obtendrá las tierras de Brasil».
¿Cómo definiría este «Diario de a bordo»? «Es una descripción técnica de un territorio nuevo cuya intención fue tomar posesión del territorio. Contrario a lo que dice la tradición, Colón no pensó en viajar a Asia; él siempre supo a dónde iba y en este libro el lector lo puede averiguar, porque insiste en que todo lo que ve se parece a España. ¡Pero eso no tiene sentido! Porque no hay ninguna relación entre el mundo tropical del Caribe y España, más bien fue una manera de presentar el territorio caribeño como una extensión natural del territorio español».
Para concluir, el historiador comenta que este libro busca que el lector de nuestro tiempo pueda leerlo no como un texto lleno de sorpresas, sino como un libro que da cuenta sobre la toma de posesión de un vasto territorio, un documento valioso en el que Colón nombró absolutamente cada espacio que recorrió, que podría inspirar a los jóvenes historiadores a indagar aún más en la figura y la historia de Cristóbal Colón.
Christian Duverger continúa escarbando en la figura de Cristóbal Colón
México, 21 de marzo (Notimex / Luis Galindo).- El investigador y escritor mexicano, de origen francés, Christian Duverger ponderó el valor de su más reciente libro «Diario de a bordo» en el que incluye manuscritos y la «carta a Santángel», el primer texto impreso que dio a conocer el descubrimiento de América, a cargo de Cristóbal Colón.
En entrevista, el historiador y arqueólogo explicó que en su trabajo hay algunas hipótesis importantes, como la probabilidad de que Colón no era genovés, pues «no hay ningún documento que nos permita apoyar la hipótesis de un origen en Génova, probablemente fue portugués, un judío-portugués», ya que en el propio libro «Diario de a bordo» hay elementos que así lo indican.
«El otro elemento vital, para mí, no es el diario del descubrimiento, un documento de un viaje oficial, sino el hecho de que hubo un viaje anterior, lo que significa que Colón sabía exactamente cómo regresar, porque no se puede regresar por el camino de ida».
«La importancia de este libro es un documento notariado que presenta el nuevo mundo, por lo que explico en la introducción cómo leer este documento sobre el descubrimiento de las Bahamas, unas islas del Caribe, Haití y de Cuba», señaló Duverger.
Explicó que ello deriva no de la consulta del «Diario de abordo», sino de diversos documentos revisados por él y que suplen ese documento original, el que se hizo en el barco y que Cristóbal Colón entregó al rey Fernando de Aragón, porque éste se perdió.
Sin embargo, recordó, dada su importancia, el propio rey había encargado una copia del mismo a dos escribas, cada uno con una parte del diario, para evitar que se filtrara la información.
Sobre todo, dijo, para no afectar la relación con Portugal que normalmente tenía el monopolio de navegación en el Atlántico, y que con el viaje de Colón perturbó un poco la situación diplomática.
Pero esa versión de la que se llama copia a dos manos, también desapareció, aunque no del todo, pues la tuvo en sus manos el padre Bartolomé de las Casas e hizo dos cosas; una especie de copia comentada, que nutre prácticamente la primera parte de su historia de las Indias.
Porque fray Bartolomé de las Casas escribió una especie de crónica de la historia de las Indias y es toda la primera parte del viaje de Colón.
También hizo una versión resumida, que es lo que está publicado en el libro, una versión un poco rara, donde a veces hay citas, lo que significa que es una copia de lo que estaba en el manuscrito original, «no sabemos por qué no copió todo».
Abundó que a esa versión, copia de un manuscrito que desapareció o una copia imperfecta, «lo que hice fue agregar la otra versión que podemos encontrar en la obra de un hijo de Colón, de Hernando, el menor».
Hernando decidió al final de su vida escribir una biografía de su padre, pero es una biografía muy tramposa, porque era imposible contar la historia de Colón, así que la empieza con la historia del Descubrimiento de América, el primer viaje.
«Hay que explicar que del texto del hijo, perdimos la versión original en español, pero se hizo una traducción del veneciano, que se publicó en Venecia, en 1571, y ese texto que logramos recuperar, es una traducción de una traducción y al comparar esos dos documentos, podemos entender que son dos copias del mismo documentos, que hay detalles que son exactamente idénticos», aseguró el investigador.
Eso aboga a favor de la veracidad del contenido y lo que se presenta no es el «Diario de a bordo» original de Colón, pero es algo que tiene muchos elementos que vienen del manuscrito original, que es uno de los motivos para dar a conocer este documento.
Pero hay otra cosa, «la carta de Santángel», que es una carta escrita por Colón al momento de su llegada, sobre su viaje, y es el primer documento que hace público el descubrimiento y «hago un comentario de todo eso».
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