Fernando Botero, junto a su The Street en la galería Marlborough de Madrid. (Foto: Luis Sevillano)
C iudad Juárez, Chihuahua. 21 de febrero de 2019. (RanchoNEWS).- Fernando Botero, nacido en Medellín en 1932, pintó el color y los volúmenes de la naturaleza de su país ubérrimo desde que era un adolescente. Es, también, el artista incendiado que, sin dejar de lado los volúmenes que han hecho tan singular su estilo, se llenó de ira ante las torturas de Abu Ghraib y también afrontó las heridas que dejó en Colombia la guerra más larga y cruenta que ha sufrido su país y el continente americano. Anoche abrió en su galería, Marlborough, en Madrid, una exposición llena de color y alegría. Es la primera que hace en la capital desde 1994. «El destino del arte, sobre el dolor o sobre la belleza, es procurar el placer estético», afirmó ayer en una entrevista con EL PAÍS.
En la exposición hay brindis, calles, toreros, alegría, pero no hay nunca en los que así festejan la vida ni un amago de sonrisa. Él, en cambio, ríe mucho. Pero todos son boteros, como él mismo dice. «Todos tienen los volúmenes que desde adolescente quise darle a mis figuras».
La entrevista es de Juan Cruz para El País
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