Cortés y la Malinche, del mural de José Clemente Orozco, en el colegio de San Idelfonso.
Óscar Enrique Ornelas
Hernán Cortés fue un empresario que tenía el proyecto de
un México mestizo y republicano. Tal es la tesis de Christian
Duverger en Cortés (Taurus), una biografía del extremeño
que se lee como novela aunque, aduce su autor, está basada
en una rigurosa investigación histórica y arqueológica.
Cortés, el conquistador, termina enamorado de los mexicas, piensa Christian Duverger, profesor de antropología en la Escuela de Al- tos Estudios en Ciencias Sociales de París.
Cortés imita la poligamia de la elite y vive en Coyoacán como un príncipe nahua. Lo reflejan su escudo de armas o el jaguar que manda a su padre al otro lado del Atlántico. Un regalo así "carece de sentido en España", observa Duverger. El artesonado del Hospital de Jesús, institución que aún existe fundada por Cortés en la ciudad de México, "muestra rosetas y cruces de Malta que disimulan glifos aztecas". El capitán general se empeña en considerar al náhuatl la lengua oficial y, curiosamente, no trae mujeres españolas a México. Las que llegan vienen con Pánfilo de Narváez, quien también trajo la viruela entre sus hombres. El mito habla de un africano. Cortés se relaciona con indígenas y tiene hijos con ellas. Su idea, resume Duverger, "es realizar un injerto español en las estructuras del imperio azteca a fin de engendrar una sociedad mestiza". Cortés es el creador del México moderno, independiente y republicano.
¿Duverger inventa a su Cortés? ¿Excesivo entusiasmo por el personaje? ¿Ecos de Vasconcelos y su Raza Cósmica?
-Mi libro tiene un pie en los documentos históricos, escritos que reflejan el lado español, y otro del lado de los antropólogos y arqueólogos que estudian lo prehispánico -señala Duverger en entrevista-. He tratado de introducir elementos que generalmente se borran: la historia de España del siglo XV y principios del siglo XVI, con sus rebeliones y debates políticos, y todos los fundamentos prehispánicos. Al no tener en cuenta tales asuntos, se deja de entender la relación de Cortés con sus aliados indios y con el propio Motecuzoma. El fenómeno del encuentro funciona de los dos lados. Recibir a Cortés y a sus invasores corresponde a un esquema que ya se aplicó varias veces en la época. La llegada de los españoles equivale a una migración chichimeca. Es algo normal: la introducción de nómadas en un sistema sedentario. El problema es cómo manejar a esos nómadas. Comprender esto relativiza el elemento de sorpresa. La piel blanca tiene algo de sorpresivo para los indígenas pero ven a los españoles como nómadas. La oferta de regalos a Cortés es algo que funcionaba en la sociedad prehispánica. En cuanto a los españoles, hay que darse cuenta que tienen atrás la experiencia de toda una generación en las Indias. Saben lo que es un indio, las características de su idioma, la gestión española del encuentro, el genocidio...
La conquista de México "es algo bien preparado", puntualiza Duverger. "Cortés sabía lo que representaba México en Mesoamérica. Se sabe desde 1506. Por eso lo que ocurre aquí es producto de una reflexión." El Nuevo Mundo para Diego de Velázquez, gobernador de Cuba, es un sueño de riqueza desligado de la realidad de los hechos. La ruptura importada por Cortés "será precisamente reinsertar a los nativos en el juego político de la conquista".
Duverger ejemplifica con los aspectos del poder:
-La visión de Cortés es la del mestizaje como una especie de salvación de algo de lo prehispánico. No quiere hacer de México una colonia sino un país independiente. Toda la vida de Cortés es el debate sobre la organización política. La Corona española pretende crear una Colonia (no se le llama así en la época pero ésa es la idea), organizada según el principio monárquico, y del otro lado está la visión cortesiana de un país mestizo y republicano. Eso es muy interesante. Cortés probablemente se volvió republicano cuando estudiaba en la Universidad de Salamanca: su modelo es el de las repúblicas italianas. En España se enfrentan los republicanos y los monárquicos. No es que Cortés sea un teórico de lo política: le irrita la burocracia de la Corte. No se puede reducir la historia de Cortés a la llegada de medio millar de españoles que logran con su espada que miles y miles de indios los acompañen hasta México-Tenochtitlan. Como ocurre habitualmente en la ciencia, es necesario introducir elementos de complejidad.
La lucha de Cortés es la lucha contra Carlos V para la organización de México, insiste Duverger. "Cuando funda Veracruz, Cortés se hace elegir por sus hombres de manera triple. Votan para gobernador de Nueva España, para capitán general y para justicia mayor. En su visión hay tres poderes, lo que no coincide con el absolutismo. Que un solo hombre tenga los tres cargos es casual; lo importante es la separación de los poderes que, con Tocqueville, va a ser la base de la democracia. Hay una historia de México que sale de este debate entre la idea mestiza de Cortés y otra que resulta de la imposición del virreinato. Por eso creo que mi libro cambia el enfoque de entrada."
Nada ni nadie puede borrar la sangre derramada, las masacres hechas por los españoles, admite Duverger. "No se trata de convertir a Cortés en un santo sino de comprenderlo mejor."
-A veces se ignora pero, de este lado, Motecuzoma sabía lo que había ocurrido en el Caribe. En su opinión, ¿cómo manejó el tlatoani esta información de inteligencia?
-Motecuzoma tiene noticias claras de la presencia española en las islas del Caribe y sabe que han matado a todos los indígenas. ¿Qué hacer? Es muy difícil rechazar completamente a los invasores. Por eso manda presentes bajo la idea de que Cortés es semejante a los otros españoles que sólo buscan el oro. Pero Cortés es muy diferente. No le interesa el "rescate" sino tomar el poder para establecer el sistema de mestizaje. Por eso impide la entrada de mujeres españolas. En su idea, la única manera de lograr el mestizaje es a través de las mujeres. La idea de la Corona es completamente diferente: separar a las comunidades.
Hernán Cortés fue un empresario que tenía el proyecto de
un México mestizo y republicano. Tal es la tesis de Christian
Duverger en Cortés (Taurus), una biografía del extremeño
que se lee como novela aunque, aduce su autor, está basada
en una rigurosa investigación histórica y arqueológica.
Cortés, el conquistador, termina enamorado de los mexicas, piensa Christian Duverger, profesor de antropología en la Escuela de Al- tos Estudios en Ciencias Sociales de París.
Cortés imita la poligamia de la elite y vive en Coyoacán como un príncipe nahua. Lo reflejan su escudo de armas o el jaguar que manda a su padre al otro lado del Atlántico. Un regalo así "carece de sentido en España", observa Duverger. El artesonado del Hospital de Jesús, institución que aún existe fundada por Cortés en la ciudad de México, "muestra rosetas y cruces de Malta que disimulan glifos aztecas". El capitán general se empeña en considerar al náhuatl la lengua oficial y, curiosamente, no trae mujeres españolas a México. Las que llegan vienen con Pánfilo de Narváez, quien también trajo la viruela entre sus hombres. El mito habla de un africano. Cortés se relaciona con indígenas y tiene hijos con ellas. Su idea, resume Duverger, "es realizar un injerto español en las estructuras del imperio azteca a fin de engendrar una sociedad mestiza". Cortés es el creador del México moderno, independiente y republicano.
¿Duverger inventa a su Cortés? ¿Excesivo entusiasmo por el personaje? ¿Ecos de Vasconcelos y su Raza Cósmica?
-Mi libro tiene un pie en los documentos históricos, escritos que reflejan el lado español, y otro del lado de los antropólogos y arqueólogos que estudian lo prehispánico -señala Duverger en entrevista-. He tratado de introducir elementos que generalmente se borran: la historia de España del siglo XV y principios del siglo XVI, con sus rebeliones y debates políticos, y todos los fundamentos prehispánicos. Al no tener en cuenta tales asuntos, se deja de entender la relación de Cortés con sus aliados indios y con el propio Motecuzoma. El fenómeno del encuentro funciona de los dos lados. Recibir a Cortés y a sus invasores corresponde a un esquema que ya se aplicó varias veces en la época. La llegada de los españoles equivale a una migración chichimeca. Es algo normal: la introducción de nómadas en un sistema sedentario. El problema es cómo manejar a esos nómadas. Comprender esto relativiza el elemento de sorpresa. La piel blanca tiene algo de sorpresivo para los indígenas pero ven a los españoles como nómadas. La oferta de regalos a Cortés es algo que funcionaba en la sociedad prehispánica. En cuanto a los españoles, hay que darse cuenta que tienen atrás la experiencia de toda una generación en las Indias. Saben lo que es un indio, las características de su idioma, la gestión española del encuentro, el genocidio...
La conquista de México "es algo bien preparado", puntualiza Duverger. "Cortés sabía lo que representaba México en Mesoamérica. Se sabe desde 1506. Por eso lo que ocurre aquí es producto de una reflexión." El Nuevo Mundo para Diego de Velázquez, gobernador de Cuba, es un sueño de riqueza desligado de la realidad de los hechos. La ruptura importada por Cortés "será precisamente reinsertar a los nativos en el juego político de la conquista".
Duverger ejemplifica con los aspectos del poder:
-La visión de Cortés es la del mestizaje como una especie de salvación de algo de lo prehispánico. No quiere hacer de México una colonia sino un país independiente. Toda la vida de Cortés es el debate sobre la organización política. La Corona española pretende crear una Colonia (no se le llama así en la época pero ésa es la idea), organizada según el principio monárquico, y del otro lado está la visión cortesiana de un país mestizo y republicano. Eso es muy interesante. Cortés probablemente se volvió republicano cuando estudiaba en la Universidad de Salamanca: su modelo es el de las repúblicas italianas. En España se enfrentan los republicanos y los monárquicos. No es que Cortés sea un teórico de lo política: le irrita la burocracia de la Corte. No se puede reducir la historia de Cortés a la llegada de medio millar de españoles que logran con su espada que miles y miles de indios los acompañen hasta México-Tenochtitlan. Como ocurre habitualmente en la ciencia, es necesario introducir elementos de complejidad.
La lucha de Cortés es la lucha contra Carlos V para la organización de México, insiste Duverger. "Cuando funda Veracruz, Cortés se hace elegir por sus hombres de manera triple. Votan para gobernador de Nueva España, para capitán general y para justicia mayor. En su visión hay tres poderes, lo que no coincide con el absolutismo. Que un solo hombre tenga los tres cargos es casual; lo importante es la separación de los poderes que, con Tocqueville, va a ser la base de la democracia. Hay una historia de México que sale de este debate entre la idea mestiza de Cortés y otra que resulta de la imposición del virreinato. Por eso creo que mi libro cambia el enfoque de entrada."
Nada ni nadie puede borrar la sangre derramada, las masacres hechas por los españoles, admite Duverger. "No se trata de convertir a Cortés en un santo sino de comprenderlo mejor."
-A veces se ignora pero, de este lado, Motecuzoma sabía lo que había ocurrido en el Caribe. En su opinión, ¿cómo manejó el tlatoani esta información de inteligencia?
-Motecuzoma tiene noticias claras de la presencia española en las islas del Caribe y sabe que han matado a todos los indígenas. ¿Qué hacer? Es muy difícil rechazar completamente a los invasores. Por eso manda presentes bajo la idea de que Cortés es semejante a los otros españoles que sólo buscan el oro. Pero Cortés es muy diferente. No le interesa el "rescate" sino tomar el poder para establecer el sistema de mestizaje. Por eso impide la entrada de mujeres españolas. En su idea, la única manera de lograr el mestizaje es a través de las mujeres. La idea de la Corona es completamente diferente: separar a las comunidades.