Northbrook, Illinois. El compositor y tecladista Philip Glass nunca se imaginó como un iconoclasta de la música, pero eso ha resultado.
Pionero de la llamada world music, una de sus máximas creaciones es Orion, obra de concierto con la participación de compositores e intérpretes de los cinco continentes. Verlos reunidos en un escenario se antoja como un mensaje de convivencia y paz, tan necesarios en el mundo.
Entrevistado tras el estreno de Orion en Estados Unidos, Glass aclara que no piensa en términos políticos, sino sociales: ''Hago una distinción entre asuntos sociales y políticos. Los primeros se dan a muy largo plazo y suceden entre personas. Sin embargo, los segundos se dan a muy corto plazo y ocurren entre aparatos políticos, que por lo general tienen poco que ver con lo que la gente necesita. En otras palabras, no creo en los partidos políticos, pero valoro la acción social, ya que a escala individual podemos lograr cosas tremendas''.
La relación entre los músicos, no obstante, viene a constituir un modelo o una metáfora: ''Reunimos a personas de tradiciones muy diferentes y nos divertimos mucho. Creo que eso se siente. Aunque no pensé en un mensaje, de haberlo hecho sería que eso es posible. La música es una actividad que sucede a un alto nivel ético. Crearla es algo que en realidad se hace en beneficio de los demás y de uno mismo.
''La música no encierra algo negativo. No se hace para quitarle a alguien su propiedad o destruir su familia. Es una actividad optimista, así que el ambiente musical es muy refinado y especializado. De alguna manera no refleja como podría ser el mundo ordinario. Pero es algo que sucede entre personas y se vuelve auténtico conforme la experimentamos."
Reunión en Atenas
-¿Cómo se reunieron para crear Orion?
-No lo hicimos. Ya había trabajado con todos. La única nueva era Eleftheria (Arvanitaki), a quien ya conocía, pero ahora que trabajé con ella no la siento como una extraña. Pudimos reunirnos hasta que estuvimos en Atenas, porque ahora en Estados Unidos existen muchas dificultades con la inmigración. El gobierno tenía interés en proteger -suelta una carcajada- a los ciudadanos de la llegada de estas personas. Hubo quien no pudo obtener visa. No dijeron que no podíamos conseguir las visas, eso no es correcto, sino que obtendríamos las visas, pero no nos podían decir cuándo.
''Como trabajábamos de acuerdo con una fecha, tuvimos que abandonar la idea de reunirnos en territorio estadunidense. Mi ensamble ensayó en Nueva York; me comunicaba con todos mis amigos al enviarles cintas y por teléfono. Escribía música que les mandaba, ellos hacían lo mismo, la grababan y me la enviaban. Por fin, dos semanas antes de la Olimpiada llegamos a Atenas, donde ensayamos.''
-¿Por qué el nombre Orion? (Glass lo pronuncia o-rai-on)
-Se refiere a dos cosas. Primero, conforme he viajado por el mundo -ha ido a los lugares de origen de los artistas-, en Australia veía a la constelación de Orión en la parte norte del cielo y en Canadá en la parte sur. Siempre he pensado que observar las estrellas no sólo es uno de los pasatiempos más antiguos, sino que condujo al comienzo de la ciencia. El principio de nuestro desarrollo intelectual empieza con mirar el firmamento. La humanidad tenía el tiempo para relajarse un poco y observar los cielos. Esto se volvió de nuevo una metáfora de lo que las personas comparten, los cielos que es muy obvio, pero pocos reparan en ello.
''Segundo, cuando trabajaba con Mary Zimmerman en la ópera Galileo Galilei, al final tomamos la historia de Orion para el tema de una ópera dentro de otra, escrita por el padre de Galileo que era compositor. Orion fue el cazador que quedó ciego en castigo por escaparse con la hija de uno de los dioses. Fue perdonado hasta cierto grado, entonces por la noche recobraba la vista. Esto equivale a una metáfora del artista, de quien a veces vemos como un visionario. Y lo es, pero a medias, porque la mayor parte del tiempo es una persona común y corriente.''
Aparición de similitudes
-Sus huéspedes estelares tocan instrumentos tradicionales, cuya musicalidad se combina con sonidos más modernos. ¿Qué nos dice eso del futuro de la música?
-Ciertamente ésta es una parte del futuro de la música, lo que llamamos world music, que consiste en encuentros de las culturas musicales de diferentes tradiciones. Eso se remonta a la década de los 60, cuando ya era compositor. La gente luchaba con la idea porque al principio era difícil, pues todavía no se había hecho el trabajo preparatorio. Los instrumentos no se tocaban en el mismo tono, no habíamos descubierto lo que compartían las tradiciones y hacía posible trabajar en conjunto.
'''La meta de esos experimentos no fue crear una síntesis, una sola música, sino que el impacto de las culturas afectara e inspirara la tradición de uno. No se trataba de crear una especie de esperanto musical, sino dejar que las culturas interactuaran, pero sin perder su integridad.
''El gran éxito de Orion fue ver que eso sucediera. La música de la India suena muy diferente a la de Africa. Y la de Australia es muy distinta a la de China. Eso tomó mucho tiempo de mi parte: años, décadas, de trabajar con Ravi Shankar, con Foday Musa Suso, con Ashley MacIsaac o cualesquiera de las personas.
''Significó aprender sus instrumentos, comprender sus sistemas de afinación, rítmicos y melódicos. Solemos hablar de la música como ritmo o armonía y melodía, pero eso se aborda de manera diferente en cada lugar. En el transcurso supe cómo habían aprendido música, con quiénes estudiaron, cuál era su entrenamiento. Aparecieron las similitudes. Todos comenzamos más o menos a los seis años de edad.''
-¿Se considera un pionero del world music?
-Nunca pensé que lo fuera. Sucede que nadie hacía lo que yo, pero no lo hacía por ser diferente. Mis predilecciones y talentos me llevaron por ciertos caminos, los menos conocidos. Me han visto de esta manera, pero yo no; era lo que me gustaba hacer. No se hacía para cambiar la música. En eso no estoy solo. De mi generación había muchas personas que estaban involucradas en el cambio de la música: Meredith Monk, Steve Reich, John Adams. Conozco a jóvenes músicos mexicanos, todavía no muy reconocidos, que trabajan en esas áreas fronterizas entre las artes.
''Nunca pensé que fuera a ser un iconoclasta; sólo resultó así.''