La agrupación dancística en el 2006. (Foto:Archivo)M éxico, 12 de julio, 2006. (Ana Mónica Rodríguez/La Jornada).- Enriquecer el legado de la danza y fomentar la sensibilidad y el espíritu de la sociedad son las premisas mediante las cuales el Ballet Independiente presentará el trabajo coreográfico Tres generaciones, este viernes 13 y el martes 17 de julio en el Palacio de Bellas Artes.
La agrupación fundada en 1966 por Raúl Flores Canelo –y dirigida desde 1992 por Magnolia Flores– busca «proyectar el México profundo, alegre, sarcástico y burlón, así como la vida y la muerte; lo dulce, amargo, temporal, incluido lo permanente del amor y del placer, el ser humano de aquí y de todos».
En esos términos lo explicó Magnolia Flores, quien encabeza la compañía que incluirá en la programación piezas emblemáticas creadas por Flores Canelo, así como por otros inetgrantes del Ballet Independiente.
«El bailarín», «Fantasía del maestro albañil», que son un fragmento de la obra Tres fantasías sexuales y un prólogo y Tragedia en Polanco, con música de Elena Karaindrou y coreografía de Bruno Ramírez, se apoderarán del escenario en el máximo recinto cultural del país, donde también se estrenarán Hábitos oscuros, de Bruno Ramírez y Los cenicientos, de Alberto Cabañas.
En Hábitos oscuros se muestra cómo «vale más liberarse de la codicia del poder y de todos los deseos varoniles, con tal de disfrutar los arrebatos más sublimes de que la mente humana es capaz: la soledad y el amor».
En la obra Los cenicientos (2 de octubre para que no se olvide), de Cabañas, con música de Iron Butterfly y Mozart, se refleja una metáfora del vigor, el coraje y la espontaneidad del estudiante mexicano.
En tanto, la obra de Raúl Flores Canelo se caracteriza por su inspiración popular y su crítica social.
Cuatro décadas de creatividad dancística
Respecto de la proliferación de compañías dancísticas, Magnolia Flores explicó que «las experiencias más recientes de la danza mexicana reflejan lo sucedido en términos generales: auge, estancamientos y caídas».
Estamos, señaló, al final de una etapa y un siglo en los cuales creció mucho el número de compañías, como consecuencia de lo sucedido en el país y el mundo.
«Nuestros bailarines trabajan en ese contexto y tales cambios propiciarán una reflexión entre los creadores y, con ello, la posibilidad del florecimiento de las artes».
El Ballet Independiente es una compañía cuya misión ha consistido, a lo largo de cuatro décadas, en desarrollar la creatividad del arte coreográfico y sus bailarines han sido recibidos con beneplácito durante las giras realizadas por la compañía en escenarios de Centroamérica, Cuba, Estados Unidos y Europa.
REGRESAR A LA REVISTA
