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Fotograma de la película de 1935 Vámonos con Pancho Villa, del director Fernando de Fuentes, en la que Silvestre Revueltas interpreta a un pianista de cantina. (Foto: Archivo La Jornada)
C iudad Juárez, Chihuahua. 26 de agosto 2009. (RanchoNEWS).- Antes se le conocía más por su nacionalismo; ahora se revela como crítico y burlón de aquél: Kolb. Una nota de Ángel Vargas para La Jornada:
Con su muerte, el 5 de octubre de 1940, comenzó el mito en torno a Silvestre Revueltas. Lo singular de su personalidad, de genio atormentado, fue terreno fértil para ello.
Hecho paradójico, porque si bien su nombre y fama se extendieron, el conocimiento y las investigaciones en torno suyo se limitaron casi exclusivamente a la biografía, con lo que el estudio y análisis de su producción musical quedó marginada al tiempo en que a él se le encasilló como «un músico nacionalista exótico».
Tal fue el panorama que prevaleció en torno al compositor duranguense durante más de medio siglo, hasta ahora que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) da a conocer una serie de proyectos de rescate académico que descubren a un nuevo Silvestre Revueltas que, entre otros aspectos, se revela cosmopolita y por momentos crítico y hasta burlón de ese nacionalismo musical.
Dichos proyectos son tres: el libro Silvestre Revueltas. Sonidos en rebelión, una antología de ensayos musicológicos; el Foro Virtual Silvestre Revueltas, una página en la Internet que funciona como libro electrónico y al mismo tiempo como base de datos, y, por último, la reconstrucción de la versión original de concierto de la obra Redes.
Esa tríada de iniciativas fue impulsada y coordinada por el músico, académico e investigador Roberto Kolb, quien ha dedicado los recientes 12 años a profundizar en el estudio de la obra de ese excepcional creador.
Previo a la presentación de esos materiales, que tendrá lugar hoy, a las 17 horas, en la Sala Xochipilli de la Escuela Nacional de Música de la UNAM (Xicoténcatl 126, colonia Del Carmen, Coyoacán), el también oboísta destaca que la principal aportación de los mismos consiste en que, por primera vez, la obra de Revueltas es abordada desde un enfoque analítico. Por así decirlo, se trataba de una especie de deuda.
«Realmente es algo que durante medio siglo nadie hizo», afirma en entrevista con La Jornada. «Solamente había textos que se referían al mito de Revueltas, sobre su vida, que es muy colorida; del nacionalismo, el genio, el borracho, el político; pero sobre la obra, nada. Finalmente, esto es lo que comienza ahora: tanto la antología de papel como el foro virtual que se adentran al análisis de su música».
Kolb destaca que en el libro Sonidos en rebelión –integrado por ensayos de 11 musicólogos, además del rescate de una conferencia del extinto director de orquesta Eduardo Mata– se encara de manera crítica el paradigma del nacionalismo al que fue reducido el autor de Janitzio.
«Ciertamente, Revueltas era un compositor nacional, y su música, casi toda, está impregnada de una esencia que podríamos llamar local. Pero también escapa del paradigma de un nacionalismo simplista».
En esa casilla, como ejemplo, el especialista ubica a Blas Galindo, quien, a su decir, para algunas de sus composiciones tomó melodías de mariachi, les hizo una orquestación y las presentó como arte nacionalista, cuando en realidad sólo eran simples arreglos de canciones familiares.
«Esa –dice– es una forma muy barata de buscar la validación. Revueltas rehuyó de eso, y de hecho hay obras que parodian, se burlan de ese tipo de nacionalismo tradicional simplista. Se rehusó a esa fórmula decimonónica y políticamente oportunista de tomar un tema popular y desarrollarlo».
De acuerdo con el musicólogo, la relectura de las obras de este compositor lo están abriendo a otros cauces y otras vertientes, en los que «ya no se le ve sólo como el nacionalista exótico», sino que lo evidencian como un creador polifacético.
Precisa: «está el autor vanguardista, abstracto; el político, que se ve sobre todo en obras como Itinerarios y Sensemayá, aunque está también la música militante francamente política, y existe asimismo el autor cosmopolita, el modernista a ultranza, el de Tocata sin fuga. No hay un Revueltas, hay varios».
No son facetas que se hayan dado en diferentes épocas o periodos, sino que ocurrieron al mismo tiempo, agrega. «Lo juguetón, lo lúdico, lo político, lo abstracto, lo contemporáneo, lo irreverente se puede encontrar a lo largo de toda su creación. Eso habla mucho de desprendimiento de la moda, incluso algunos lo criticaron en su época y lo acusaron un poco de aficionado, de autodidacta, ante esa presunta falta de un estilo o sello. Pero a él no le preocupaba venderse, y todo ese eclecticismo fue mal entendido».
Para culminar, Roberto Kolb, quien hizo su tesis doctoral sobre la presencia del mensaje político en la música de Silvestre Revueltas, resalta: «tuvo profundo compromiso social, pero al mismo tiempo no estuvo dispuesto a sacrificar su creatividad poniéndola al servicio de una causa política (...) Su forma de hacer política fue mediante la vanguardia en la música. Es decir, ligar la idea de vanguardia política con vanguardia musical. Fue una forma de no ser explícito, ya que Revueltas interiorizó el lenguaje político dentro de la música».
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