Rancho Las Voces: Fotografía / Francia: Inicia el festival de fotografía «Los Encuentros de Arles»
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martes, julio 08, 2014

Fotografía / Francia: Inicia el festival de fotografía «Los Encuentros de Arles»

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Fotografía perteneciente a la colección «Trepat», facilitada por Rencontres Arles, del fotógrafo español Joan Fontcuberta, que forma parte de los 45 Encuentros de Fotografía de Arles.  (Foto: EFE)

C iudad Juárez, Chihuahua. 7 de julio de 2014. (RanchoNEWS).- Los Encuentros de Arles, festival de fotografía pionero en el mundo, que el año pasado convocó en esa ciudad del sureste francés a 96.000 visitantes, inaugura hoy su 45 edición, construida con 50 exposiciones y eventos firmados por algunos de los más grandes fotógrafos del mundo. Una entrega de EFE:

Entre ellos los españoles Joan Foncuberta, quien revelará el legado artístico de la colección Trepat, y Chema Madoz, con una retrospectiva de su poesía visual y simbólica; el brasileño afincado en Nueva York Vik Muniz, y el británico David Bailey, quien a sus 72 años expondrá por primera vez en Francia desde hace tres décadas.

Otras figuras internacionales de la imagen que expondrán en Arles hasta el próximo 21 de septiembre serán Raymond Depardon, padrino de una exposición conmemorativa del centenario de la I Guerra Mundial, y el fundador de «Les Rencontres», Lucien Clergue, de 80 años, a quien se le rinde un homenaje especial.

Marcarán igualmente la edición Christian Lacroix, con un proyecto inédito sobre la «arlésienne», la mujer que tanto inspiró su moda, y Artur Walther, uno de los grandes coleccionistas que reservó sus últimos hallazgos para el festival; al igual que el fotógrafo Martin Parr, quien lleva sus libros de fotografía chinos.

El argentino Miguel Mitlag, el colombiano Víctor Robledo y el dúo formado por los franceses (Élise) Mazaccio y (Robert) Drowilal, son algunos de los descubrimientos de Arles 2014.

Forman parte, todos ellos, de una edición especial, la última que dirige François Hébel, responsable del renacimiento de estos Encuentros desde 2002, tras una edición en 2001 que no logró alcanzar los 9.000 visitantes.

En una entrevista en vísperas de la inauguración, meses después de haber anunciado que dejaba el cargo al no encontrar los apoyos locales y estatales que estimaba necesarios, Hébel subrayó haber querido reunir para su despedida a grandes nombres ya conocidos en Arles, y a otros que siempre quiso exhibir allí.

Invitó para ello a realizar una nueva propuesta a comisarios de exposiciones, artistas y coleccionistas «que hicieron las grandes horas de los años recientes en Arles», y a figuras como Bailey y Muniz, a quienes por diferentes razones no había podido mostrar aún.

No buscó más tema para su último festival, que dirigió también en 1986 y 1987, aunque de acuerdo con su presidente, Jean-Noël Jeanneney, Hébel concede que la edición 2014 se emplace bajo «el signo de la amistad y la fidelidad».

A diferencia de otros años, tampoco tiene hilo temático una de las secciones claves del certamen, la del Premio Descubrimiento, donde especialistas de diferentes países muestran sus mejores fotógrafos, como Alexis Fabry, quien trajo a los latinoamericanos Robledo y Mitlag.

Muy solidario e interesado por la situación de los trabajadores eventuales del espectáculo, los «intermitentes», cuya protesta contra el sistema de indemnización de paro, que entró en vigor el 1 de julio, retrasó este viernes la jornada inaugural del Festival de Aviñón, Hébel asegura que son, «quizás, el futuro de Francia».

Al frente de un festival muy escenografiado, en el que trabajan muchos de ellos, el director recuerda que «la industria cultural aporta millones de millones de euros a Francia».

Cita entre otros ejemplos que la mitad de los 6,6 millones de euros de presupuesto de que dispone el festival se invierte en Arles, ciudad donde reabsorbe cada año un 5 % del paro, «sin hablar de hoteles, restaurantes, viajes...», ni de lo que gastan en ella los grandes coleccionistas, artistas y mecenas que la visitan.

Los «intermitentes», destaca, no son marginales, sino que «están en el centro de la sociedad», y son «una ventaja formidable para Francia».

Es quizás «el único oficio que no se puede deslocalizar», subraya.


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