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Garabato tiene que ver con las posibilidades y limitaciones del lenguaje para poder asir y entender la experiencia. Escribo para comprender qué es lo que sucede, dice el autor. (Foto: Mónica Mateos)
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iudad Juárez, Chihuahua. 23 de septiembre de 2014. (RanchoNEWS).- ¿Cómo entender los nudos sociales, políticos y de violencia que agobian al país? Una primera respuesta es: hablando sobre esos temas, tratando de dar luz mediante la palabra compartida. Una nota de Mónica Mateos-Vega para La Jornada:
Con ese planteamiento en mente llega la novela Garabato (Editorial Samsara), de Willivaldo Delgadillo (Los Ángeles, 1960), quien desde Ciudad Juárez, donde reside, ofrece en este relato de ficción diversas «posibilidades de explorar territorios mentales y afectivos de una urbe ultrajada por la guerra».
En entrevista con La Jornada el autor aclara que no se trata de una narconovela, «pero no se distancia de la realidad social que hemos vivido los recientes seis años; al contrario, trata de acercarse a ella desde diferentes ángulos, sobre todo, explorando diferentes lenguajes: el del periodismo, la literatura, las imágenes digitales y el de la política».
Garabato, añade, trata de acercarse a la realidad social desde esos puntos de partida y de los personajes que intentan desentrañar los enigmas que enfrentan: un fotorreportero que retrata un cadáver que luego desaparece; un burócrata y sus triquiñuelas; un desempleado que se topa con un trabajo que lo pone en riesgo, y un escritor que asiste a un congreso literario en sustitución de un colega del que no tiene idea acerca de qué escribe.
«El título del libro juega con la idea de que Ciudad Juárez es una suerte de enigma que todo mundo quiere descifrar y que ni siquiera quienes estamos ahí podemos hacerlo. La novela tiene que ver con las posibilidades y limitaciones del lenguaje para poder asir y entender la experiencia. Escribo para entender qué es lo que está pasando».
La anterior novela de Delgadillo, La muerte de la tatuadora, aborda temas similares, pero desde escenarios imaginarios. «Ahora decidí narrar desde un lugar real, lo cual es muy complicado, porque la frontera norte del país es un nudo que de manera constante se está formulando», detalla.
El escritor puntualiza que la situación que vive su ciudad no es local, «la madeja se ha extendido. Lo que pasa en Juárez es consecuencia de decisiones que se toman en otros lados. Por ejemplo, la violencia derivada de la militarización o la violencia estructural derivada de las maquiladoras, o la violencia económica derivada de la especulación inmobiliaria.
«Son cuestiones que no se circunscriben al ámbito local, sino que tiene un carácter global. Ahora vemos que hay muchos Juárez surgiendo en México, pero no es porque la ciudad original se esté propagando, sino que cada región tiene sus propias contradicciones y violencias en ciernes, las cuales están estallando».
Por eso, «cualquier parecido o referencia de la novela con la realidad tiene como respuesta A, B o C, pues al final no se trata de un relato solemne, sino de una novela con mucho humor corrosivo, que viene de los mismos personajes, no del narrador. Ven las cosas con ironía, de lo contrario no podrían sobrevivir», concluye el autor.
La novela Garabato, de Willivaldo Delgadillo, se presenta este martes a las 19 horas en la Casa Refugio Citlaltépetl (calle Citlaltépetl 25, colonia Hipódromo Condesa). Participan Nora Patricia Jara, Evodio Escalante, Luis Hernández Navarro y José Vicente Anaya.
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