Rancho Las Voces: Artes Plásticas / México: Encrucijada de un mural; Rivera en el centro Rockefeller
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martes, septiembre 16, 2014

Artes Plásticas / México: Encrucijada de un mural; Rivera en el centro Rockefeller

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Por primera vez en México se exhibirán en el Museo Anahuacalli, para festejar sus 50 años, los dibujos, cartas, contratos y documentos reunidos por la historiadora Susana Pliego en torno a esta pieza que fue destruida en 1934.  (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 16 de septiembre de 2014. (RanchoNEWS).-La historia detrás de la construcción y, casi simultánea, destrucción del mural El hombre en la encrucijada de Diego Rivera en el Centro Rockefeller, en Nueva York, se devela en las cartas, telegramas, dibujos, contratos y documentos reunidos en la investigación de la historiadora Susana Pliego, que integran la exposición El hombre en la encrucijada. El mural de Diego Rivera en el Centro Rockefeller. Una nota de Sonia Ávila para Excélsior:

Tras publicarse en el libro homólogo en 2013 y exhibirse en el Instituto Cultural de México en Washington, la muestra será una de las principales actividades de la celebración por el 50 aniversario del Museo Diego Rivera-Anahuacalli, que festeja el próximo 18 de septiembre, en la que se presentarán los documentos facsimilares que dan cuenta de los antecedentes políticos, económicos y artísticos del mural.

Junto a los bocetos originales restaurados en 2012, la exposición traza un recorrido desde los años 30, cuando Rivera, acompañado de Frida Kahlo, inicia sus trabajos en Detroit, San Francisco y Nueva York, hasta el proceso de planeación del mural y luego su destrucción por la propia familia Rockefeller, hace más de 80 años.

«Hoy surgen varios cuestionamientos que debemos tener en mente: Rivera seguramente estaba consciente que la familia Rockefeller no permitiría la imagen de un líder comunista en el vestíbulo de su edificio central, un espacio por el que transitaría el poderoso magnate para acceder a sus oficinas.

«Con estos cuestionamientos en mente y con base en la investigación que integra diversas publicaciones y documentos del archivo de Diego Rivera y Frida Kahlo y los bocetos que se conocen de la obra, incluyendo los cuatro pertenecientes a la colección del Museo Diego Rivera-Anahuacalli, intentemos narrar lo ocurrido», explica Pliego en el libro editado por Trilce y que sirve de eje para la exposición, que se inaugura el próximo sábado.

Seccionada en núcleos temáticos, los documentos contextualizan la presencia del muralista mexicano en Estados Unidos, y las diferentes invitaciones para desarrollar obra; sobre todo tras la exposición retrospectiva que presentó en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

«John D. Rockefeller estaba consciente del carácter subversivo y de las ideas comunistas del pintor, como también de la crítica al capitalismo en los murales de la Secretaría de Educación Pública. Pienso que, orillado por la admiración que su esposa Abby Aldrich Rockefeller tenía por la obra del pintor mexicano, decidió encargar a Rivera la decoración principal de su edificio. Tal vez otro aspecto que contribuyó fue precisamente el posicionamiento del artista en el mercado internacional del arte.»

Además se relata el proceso de preparación de los bocetos y las primeras diferencias que hay entre Rivera y la familia Rockefeller, que concluyen con la destrucción de la obra. Pliego explica que en el contrato se pide que la pieza se haga sobre tela en una gama monocromática en blanco, negro y gris, y terminarse con dos o tres capas de barniz. La fecha para entregar el mural era el 1 de abril de 1933.

Desde los bocetos se revela cómo el muralista pasa por alto algunas peticiones: «Los documentos escritos y los bocetos para el mural dan cuenta de un proceso creativo que no es lineal ni sencillo, sino conformado por una serie de complicadas negociaciones y conflictos entre los Rockefeller, Rivera, la prensa y el público. Como podremos descubrir, la composición que finalmente se pintó es muy diferente a la que fue aprobada por la familia Rockefeller y sus arquitectos.»

La historiadora cuenta que en el contrato, por 21 mil 500 dólares, se estipulaba que los bocetos debían ser autorizados por los arquitectos del edificio, y entonces la primera «batalla» se da cuando Rivera propone la obra en fresco y no óleo. Luego por el uso del color, pues los Rockefeller pidieron una obra en tonos grises, pero para el pintor el color era indispensable.

El discurso refiere las manifestaciones de apoyo al mural y su autor cuando éste no puede concluir la obra, que es destruida el 9 de febrero de 1934. Se concluye con tres de los bocetos de más de cinco metros de altura recién restaurados, que pertenecen al acervo del Anahuacalli.

«Tal vez el mural del Centro Rockefeller cumplió su misión al ser destruido: servir como propaganda socialista en el centro del capitalismo», concluye Pliego.

¿Dónde y cuándo?

El hombre en la encrucijada. El Mural de Diego Rivera en el Centro Rockefeller se inaugura el 20 de septiembre a las 13:00 horas, en el Museo Diego Rivera-Anahuacalli. Calle Museo 150, San Pablo Tepetlapa, Coyoacán.



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