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Con el segundo volumen de Érase una vez México se busca que los lectores refresquen sus conocimientos sobre lo ocurrido a lo largo del siglo XIX. (Foto: Archivo)
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iudad Juárez, Chihuahua. 16 de septiembre de 2014. (RanchoNEWS).- La historia del país solía ser contada a partir de héroes y villanos, de victorias y derrotas, de blancos y negros, pero en los últimos años han surgido una serie de divulgadores que se han propuesto mostrar ese pasado a partir de lecturas más amplias, donde los procesos sean lo más importante en el recuento histórico. Una nota de Jesús Alejo Santiago para Milenio:
En ese contexto se inscribe la trilogía Érase una vez México (Martínez Roca, 2014) cuyo segundo volumen acaba de aparecer, en la cual Alejandro Rosas y Sandra Molina se dieron a la tarea de ir tras la gente de a pie, con el propósito de hacer la historia más accesible a la mayoría de la población.
«El mayor reto para el segundo volumen fue tratar de sintetizar el siglo más convulsionado de nuestra historia. Llevamos dos siglos de nuestra independencia, pero ya cuando te acercas a tratar de sintetizarlos, sí cuesta demasiado trabajo, porque es el siglo que podría definir a México en muchos sentidos: la estructura política, el comportamiento social, este apego muy cabrón a los caudillos, que ahí te das cuenta que el siglo XIX está guiado por caudillos», a decir de Alejandro Rosas.
El segundo volumen se refiere a un periodo del país que abarcó lo mismo una guerra de Independencia, una monarquía y varios golpes de Estado, que la promulgación de una república, la pérdida de la mitad del territorio, la exclusión de la Iglesia del poder, hasta el comienzo de un nuevo conflicto armado, como lo fue la revolución mexicana.
«Una vez que logramos hacer aquí fue nuevamente quitarnos el asunto de las etiquetas: el terrible Santa Anna, el santo Juárez... básicamente era seguir con una crónica de acontecimientos, con lo que, por ejemplo, te das cuenta quién era Santa Anna, pero también qué tipo de sociedad teníamos. Aquí hay una corresponsabilidad compartida entre el caudillo y la sociedad que lo sigue, que de ningún modo es el que nos pintó la historia oficial.»
La principal apuesta de esta segunda entrega de Érase una vez México es que los lectores refresquen sus conocimientos sobre lo ocurrido a lo largo del siglo XIX, además de participar en la aclaración de malentendidos históricos y hasta en el conocimiento del origen de dichos populares.
«Independientemente de la desmitificación, que eso le venimos trabajando desde hace tiempo, digamos que es un libro que sí desmitifica, pero no es su fin, sino tener el proceso en el contexto de los acontecimiento, para que así le quede más claro al lector lo que sucedió en el siglo XIX, a fin de que el lector, al final de la lectura, tenga una idea de lo difícil que fue el siglo XIX y como evolucionó política y cotidianamente la sociedad.»
Érase una vez México es parte de una trilogía, cuyo tercer volumen comenzará en la revolución mexicana hasta nuestros días, lo que plantea una serie de retos a los autores, porque muchos de los procesos de los últimos años no se han terminado como para formar parte de la historia.
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