C iudad Juárez, Chihuahua. 11 de septiembre de 2014. (RanchoNEWS).- Es curioso que un compositor tan francés en su estilo y sus gustos como Antoine Duhamel acabara realizando bandas sonoras para bastantes películas españolas de los años noventa, especialmente las dirigidas por Fernando Trueba. Puede que porque Trueba sea el gran amante del cine francés en la cultura española. Hijo del escritor Georges Duhamel y de la actriz Blanche Albane, el músico, nacido en Valmondois (en el departamento de Val-d'Oise), falleció el miércoes 10 a los 89 años. Una nota de Gregorio Belinchón Yagüe para El País:
«Su música le dio su identidad imperecedera, su alma invisible, a esas películas míticas que fueron Pierrot el loco, de Godard, Besos salvajes, El pequeño salvaje o La sirena del Misisipi, de Truffaut», aseguró en un comunicado la ministra francesa de Cultura, Fleur Pellerin. A Godard y Duhamel les presentó, para que colaboraran en Pierrot el loco (1965), la actriz Anna Karina, quien había conocido con Duhamel el año anterior, 1964, en La vida es magnífica, de Maurice Ronet.
Antoine Duhamel trabajó en los años sesenta con los cineastas líderes de la Nouvelle Vague, como Jean-Luc Godard, de quien decía haber aprendido «cómo servirse de la música». Con quien conectó mejor fue con Bertrand Tavernier, con quien colaboró en diversas ocasiones; gracias a uno de sus filmes, Salvoconducto, obtuvo en premio en la Berlinale de 2002. Fue cinco veces candidato al premio César y tres a los Goya (El sueño del mono loco, Belle epoque, La niña de tus ojos), pero nunca los ganó.
Para Fernando Trueba compuso cuatro bandas sonoras; para su hermano David, una (La buena vida); para Gerardo Herrero musicó Malena es nombre de tango, y también realizó las partituras de Belmonte, de Juan Sebastián Bollaín, Tranvía a la Malvarrosa, de José Luis García Sánchez
El compositor, que en 1980 fundó la Escuela de Música de Villeurbanne, dedicada al jazz, las músicas tradicionales, las composiciones barrocas y la canción, trabajó por última vez en el telefilme L'affaire Ben Barka (2007). «Durante su larga carrera dedicada al cine siempre fue un compositor enamorado de la música, un músico ecléctico y curioso que componía con la misma alegría óperas o canciones», agregó la ministra de Cultura.
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