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Alemania veta la publicación de la último libro de Martin Amis (Foto: Archivo)
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iudad Juárez, Chihuahua. 2 de octubre de 2014. (RanchoNEWS).- Adorno ya dejó establecido que «después de Auschwitz no puede haber poesía» y los editores alemanes amplían ahora esa cita al poner en duda que pueda haber provocación prosaica y juego literario apoyados en la rutina de un campo de concentración nazi. Por eso su editor alemán de toda la vida, Hanser, ha dado con la puerta en las narices a la última novela del británico Martin Amis, The Zone of Interest (La zona de interés), una sátira publicada en Gran Bretaña en agosto por Jonathan Cape y que ha salido a la venta en EE.UU. esta misma semana. Una nota de Rosalía Sánchez para El Mundo:
El libro, una historia de amor y una meditación sobre los horrores nazis escrita con un humor grotesco, transcurre en el imaginario Kat Zet I, el mismo sector de Auschwitz donde Amis ubicó su novela de 1991 La flecha del tiempo. Bajo la nube de cenizas humanas de los hornos crematorios, narra las peripecias de un triángulo amoroso entre el sobrino de un secretario de Hitler, la esposa del comandante del campo y un preso judío. «Nosotros», se queja el comandante nazi y protagonista de la historia, Herr Doll, «los de las SS, tenemos el mismo problema que los fumadores en secreto: el olor a humo». El hilarante resultado de chistes de humor negro tirando a pardo ha sido apreciado como «brillante» por los críticos ingleses y The Independent la ha calificado como la mejor obra de Amis en años.
Trasladada sin embargo a Centroeuropa, la comedia ha rasgado las sutiles conexiones que unen la conciencia intelectual y el Holocausto y ha sido rechazada a coro por los editores alemanes y franceses, los mismos que durante décadas han imprimido las pasadas 13 novelas de Amis. Desde su despacho en la Universidad de Manchester, el considerado como uno de los mejores y más exitosos escritores de su generación montó en cólera apenas conoció la negativa y se puso en contacto con tantos críticos literarios europeos como pudo. En Le Monde, el periodista Nicholas Weill ha adoptado el papel de paladín del novelista y ha hecho notar que la editora Gallimard no puso los mismos reparos a la publicación de la primera novela de Jonathan Littell Las benévolas, en 2006, en gran medida comprensiva con un oficial de las SS.
Vetada en Alemania
Finalmente, la polémica ha empujado a la editorial francesa Calmann-Lévy, parte del grupo Hachette, a aprovechar la ocasión y comprar la novela para publicarla próximamente, según ha informado New York Times. Pero en Alemania el veto sigue vigente, al menos hasta que algún editor osado se atreva a dar una sorpresa en la próxima Feria de Fránkfurt. Piero Salabè, hasta ahora editor alemán de Amis en Carl Hanser Verlag, ha optado además por echar tierra sobre el autor, señalando que si ha rechazado el libro ha sido por una cuestión de calidad. La decisión «no tuvo nada que ver con el hecho de que el Holocausto fuera un tema sensible en Alemania», ha dicho, sino por tratarse de un libro «flojo», con «incongruencias en la trama» y que causaría «problemas de comercialización». También ha sugerido que la editorial ya rechazó en 2008 otra novela de Amis, El segundo avión, sobre los secuestradores del 11 de septiembre. Pero estos argumentos no han servido de excusa para un amplio sector de la crítica germana, deseoso de dar un paso más en la asimilación y proceso intelectual del Holocausto.
Alan Posener, desde las páginas de Die Welt, ha aconsejado a sus lectores: «léala, y si no hay un editor alemán dispuesto a publicarla, léala en inglés. Merece la pena. Es una obra maestra». Gina Thomas, algo más cauta, desde las conservadoras páginas de Frankfurter Allgemeine, ha situado la obra «en el terreno fronterizo de la literatura» y ha pasado la pelota a un debate público sobre los supuestos límites de la licencia poética.
Lo cierto es que hasta ahora la representación del horror de los campos de concentración nazis no ha ido mucho más allá de los testimonios autobiográficos, como los de Primo Levi y Elie Wiesel. Los editores alemanes han aceptado la autobiografía novelada de Imre Kertész o Wladyslaw Szpilman, la elaboración literaria sentida de Ruth Krüger o Paul Steinberg y la investigación histórica en la línea de Erich Hackl. Pero el humor satírico no había osado poner un pie en Auschwitz y Amis traspasa con descaro una línea que invita al lector a superar la reflexión de Zygmunt Bauman en 1998, con «Modernidad y Holocausto», incluso a dejar atrás a Adorno, para demostrar que por supuesto podemos seguir pensando, e incluso riendo, después del momento más negro de la historia de Europa. No se regodea en la «banalidad del mal» de Hanna Arendt, sino que baila sobre la tumba de la decencia intelectual
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