.
El director y maestro de la música antigua Jordi Savall, posa para los medios, durante la presentación hoy del espectáculo musical «Guerra y Paz». (Foto: EFE)
C iudad Juárez, Chihuahua. 30 de octubre de 2014. (RanchoNEWS).- El último Premio Nacional de la Música, el músico catalán Jordi Savall (1941), ha renunciado al galardón como protesta por la política cultural del Gobierno, informa El Confidencial.
El director y compositor ha rechazado el premio, dotado con 30.000 euros y concedido por el Ministerio de Cultura, para denunciar el «dramático desinterés y la grave incompetencia» gubernamental «en la defensa y la promoción del arte y de sus creadores».
Savall, que no quería «no traicionar sus principios y sus convicciones más íntimas», también criticó los «insuficientes esfuerzos e inversiones que dedican al mundo de les Artes y de la Cultura en general, y en particular, por mantener en el olvido una parte esencial de nuestra cultura: el patrimonio musical hispánico milenario».
«La ignorancia y la amnesia son el final de toda civilización, ya que sin educación no hay arte y sin memoria no hay justicia. No podemos permitir que la ignorancia y la falta de conciencia del valor de la cultura por parte de los responsables de las más altas instancias del gobierno del Estado español erosionen la labor de tantos músicos, actores, bailarines, cineastas, escritores y artistas plásticos que ostentan el estandarte de la Cultura y que no merecen, sin duda, el trato que reciben ya que son los auténticos protagonistas de la identidad cultural del país», zanjó el músico.
El jurado del galardón había destacado en su fallo la infatigable labor en la recuperación y difusión del patrimonio musical español por parte de Savall. Los motivos del premio fueron los siguientes: por «ser uno de los grandes intérpretes de nuestro tiempo, referente de varias generaciones de músicos».
Tras conocer la decisión del músico, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte manifestó en un comunicado su «respeto a la decisión», a la vez que insistió en su «reconocimiento a los méritos y la labor que le han hecho merecedor de este premio».
Por su parte, la compositora María de Alvear, galardonada ayer junto a Savall, ha asegurado que entiende «perfectamente» su decisión, aunque no la apruebe, porque «el 21% de IVA para el arte es una auténtica catástrofe. Lo que está pasando con el 21% es para muchísimos músicos una catástrofe». Ese tributo, que en Alemania es del 7%, «machaca la vida a los músicos, a los gestores y a los programadores, que van a empezar a reducir los conciertos porque no son sostenibles», ha añadido.
El quinto rechazo de los últimos años
La renuncia de Savall al Premio Nacional de la Música no es ni mucho menos la primera. En los últimos años, otros cuatro galardonados se han sumado a este rechazo de sus premios en distintas categorías. Uno de los más sonados fue el del escritor Javier Marías. Había recibido el Premio Nacional de Narrativa 2012 por su obra Los enamoramientos pero lo rechazó al ser «un galardón institucional, oficial y estatal, otorgado por el Ministerio de Cultura».
En noviembre de 2010 fue el escultor Santiago Sierra el que dijo no al Premio Nacional de Artes Plásticas. Argumentó en una carta a la por entonces ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, que el premio pretende instrumentalizar el prestigio de un artista en beneficio del Estado y que el arte le había otorgado una libertad a la que no estaba dispuesto a renunciar.
En 2001 el diseñador gráfico Daniel Gil rechazó la distinción que se le otorgaba con motivo del décimo aniversario de los Premios Nacionales de Diseño, y en 1994 la compañía teatral Els Joglars, dirigida por Albert Boadella, también hizo lo propio con el Premio Nacional de Teatro. Boadella explicó que el grupo teatral se sentía pagado suficientemente con el entusiasmo del público que siempre habían tenido en los momentos más complicados, esos en los que nadie se atrevía a concederles un premio oficial.
REGRESAR A LA REVISTA