Ken Loach durante el rodaje de Sorry We Missed You. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 31 de octubre de 2019. (RanchoNEWS).-Al Ken Loach (Nuneaton, 1936) de hace medio siglo, cuando dirigió Kes (1969), una película como Sorry We Missed You le hubiese parecido pura ciencia ficción. La uberización de la economía, que es el pan nuestro de cada día, no es un concepto que hubiera podido entenderse entonces. La clase trabajadora todavía existía como tal, y estaba unida, luchando por sus derechos. «En mis tiempos, te decían que, con la formación pertinente, podías conseguir un empleo para toda la vida. Pero se produjo ese cambio inexorable en el que pasamos de la seguridad a la inseguridad. Ahora puedes perder el trabajo de la noche a la mañana. Y luego están casos como el de Ricky, el protagonista de mi película, que asume todos los riesgos, mientras que la empresa no asume ninguno. Es el trabajador que se explota a sí mismo, el ideal de las grandes empresas», resumió Loach en Cannes. Con la esperanza de dejar atrás la inestabilidad, Ricky Turner (Kris Hitchen) decide invertirlo todo en una furgoneta, para trabajar como autónomo para una empresa de transportes que se lo exige todo y no da nada a cambio.
El capataz que le contrata, es un decir, recurre a un eufemismo disfrazado de fórmula de éxito, que se nota ya muy gastado: «No trabajaras para nosotros, trabajarás con nosotros». La mujer de Ricky, Abbie (Debbie Honeywood), una entregada cuidadora de ancianos, lo hace en similares condiciones de explotación. Y mientras, sus hijos contemplan cómo sus padres solo sirven para quedarse dormidos en el sofá delante de la tele, reventados por sus jornadas maratonianas. Extremo, sí. Realista, también. La visión de Loach es implacable. Su película, en definitiva, nos muestra qué ocurre al otro lado de la pantalla cuando, con dos o tres clics, pedimos un libro a Amazon o similar. Le cuento que hace poco pedí uno porque no lo encontraba en librerías. Durante unos instantes, pensé en Ricky. Pero tras unos segundos de vacilación, le di a ‘Confirmar pedido’. Loach se ríe con mi mea culpa. Pero, contra todo pronóstico, me absuelve.
La entrevista es de Philipp Engel es para El Cultural
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