Un letrero en la frontera entre Estados Unidos y México en abril de 2020. (Foto: Mike Blake)
C iudad Juárez, Chihuahua. 17 de mayo de 2020. (RanchoNEWS).- Durante seis meses di clases en Stanford y viví en San Francisco. Llegué en septiembre de 2019 y salí en marzo de 2020. En ese lapso, mi mente se acostumbró a un ejercicio binario: una parte de mi vida ocurría dos horas antes, en la tierra del origen; otra, en el desconocido presente. No era la única persona en esta circunstancia. Podían pasar días sin que hablara inglés. El contacto con otros migrantes reforzaba la sensación de estar en dos sitios a la vez. Además, los países que ocupaban mi mente estaban divididos. En Estados Unidos, la cadena CNN dedicaba su energía a justificar el juicio político a Donald Trump y la cadena Fox a negarlo. En México, la polarización entre los aliados del presidente López Obrador y sus detractores iba en aumento.
El año 2020 llegó como una profecía de duplicidad. Desde hace medio siglo, los mexicanos usamos una expresión para demostrar que hemos entendido: «Ya me cayó el veinte». La frase proviene de los viejos teléfonos públicos que operaban con monedas de veinte centavos. 2020 se presentaba como una oportunidad de que el veinte «cayera» por partida doble, pero otra cifra dual complicaba las cosas: 2.0. Somos sujetos reales y virtuales.
El texto de Juan Villoro es su colaboración para la sección Postales del Coronavirus de The New Yrk Times
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