C iudad Juárez, Chihuahua. 26 de marzo de 2021. (RanchoNEWS).- El vertiginoso crecimiento de la economía japonesa durante la década de los ochenta hizo imaginar a muchos que ese país se convertiría en la principal potencia y sus corporaciones dominarían el mundo antes del fin de siglo. Reflejos de ese futuro aparecen en el imaginario de cintas como Blade Runner (1982), Black Rain (1989), ambas de Ridley Scott, y Back to the Future (1985), de Robert Zemeckis. Sin embargo, el estallido de la burbuja financiera nipona a principios de los noventa dejó a la sociedad en ruinas; en particular, los jóvenes se encontraron en una nueva realidad, despojados de la seguridad del empleo, los ascensos y beneficios económicos que hasta entonces tenían garantizados. Esto llevó a muchos al escapismo y a refugiarse en los placeres de la infancia, la cultura del manga y el anime, los juguetes coleccionables, las idols (jovencitas altamente sexualizadas que cantan, bailan y compiten en concursos), los juegos de video, los viejos comerciales, el cine chatarra y otros productos de la cultura pop.
En 1999, el entonces estudiante Hiroyuki Nishimura fundó en Japón 2Channel o 2Chan, un foro de discusión en línea dedicado a compartir y discutir anime y cultura popular. El sitio tuvo un éxito espectacular entre los fanáticos del género y como no requería que los usuarios se registraran (por lo que la mayoría de los posteos eran anónimos) ofrecía una libertad sin precedente para expresarse sin pudor ni autocensura. En poco tiempo el sitio se volvió controvertido, ya que numerosos usuarios compartían y discutían planes o deseos de cometer atentados terroristas, asesinar profesores o familiares. Esta ventana a la tortuosa psique de algunos jóvenes japoneses fue reveladora del impacto emocional de la crisis financiera del país. En ese foro surgió en 2002 la Netto Uyoku o ciberderecha, que sería el ejemplo mundial para la radicalización de los conservadores.
El texto de Naief Yehya es publicado por el suplemento El Cultural de La Razón