C iudad Juárez, Chihuahua. 19 de marzo de 2021. (RanchoNEWS).- ¿Cómo es posible que una película tan sometida al azar como El agente topo funcione con tal precisión en sus dos principales vertientes: como hondo retrato documental del cruel abandono que sufren muchos de nuestros mayores en los últimos años de su vida y como delicioso divertimento que juega tanto al thriller de espías como a la comedia? Los miles de imponderables que podrían haber truncado el filme en cualquiera de sus etapas –ya que todo lo que ocurre es real, no hay ningún guion que fuerce las situaciones– hacen que pensemos en la película de la directora chilena Maite Alberdi (Santiago, 1983) como un auténtico milagro fílmico, cuya originalidad ha conquistado a los espectadores allá donde se ha proyectado, como demuestra el Premio del Público que recibió en el pasado Festival de San Sebastián.
Todo arranca, desde los códigos del cine negro pero con cierto tono paródico, con un anuncio en un periódico: «Se necesita adulto mayor hombre. Jubilado entre 80 y 90 años. Autovalente, de buena salud, discreto y con manejo en tecnología. Para realizar una investigación: con disponibilidad para vivir fuera de su casa por tres meses». La oferta de trabajo corresponde a Rómulo, un investigador privado al que una cliente le ha encargado que compruebe si su madre recibe un trato adecuado en la residencia de ancianos en la que está internada, ya que sospecha que puede estar sufriendo robos y vejaciones.
Javier Yuste escribe para El Cultural