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Section of Gymnasium, 1899
Ink and wash on paper
39 x 60 in. (Foto: University Archives, Bancroft Library, University of California, Berkeley)
M éxico, 6 de Febrero 2007. (Jorge Ochoterena Bergstrom/Milenio).- Corte transversal y longitudinal de una vida, un estilo y una época, la presente exposición nos permite calibrar la obra de Émile Bénard, arquitecto y pintor francés formado en la École des Beaux-Arts de París (cuyas pruebas de admisión no superó Rodin) y ganador del Prix de Rome (recaído antes, por citar dos grandes, en David y en Ingres).
En sentido longitudinal, lo que vemos es constancia vital a contracorriente, en sus postrimerías, de las transformaciones socioculturales. Decía Ingres al joven Degas, “trace líneas, muchas líneas, amigo mío, ya sea a partir de la memoria o de la naturaleza, porque es así como llegará a ser artista”. Y eso mismo hizo Bénard durante toda una larga y fructífera vida: ejercitarse constantemente en el cuidado dibujo arquitectónico o pictórico ejecutado de acuerdo con las normas clasicistas de orden, proporción, equilibrio, decoro y armonía.
Aun cuando a ojos modernistas su cancelado proyecto para un Palacio Legislativo destinado a cifrar la gloria del porfiriato pudiera participar de la onírica lejanía de un cuadro de Chirico, en opinión de Alberto Pani, progenitor de la transformación de su cúpula en icono de la Revolución, es lástima que no se haya realizado en lugar del actual Palacio de Bellas Artes.
El corte transversal revela dominio y amplitud. Al margen de su obra pictórica, el primor de la documentación proyectual acredita por sí solo su calidad de artista. Habilísimo dibujante a tinta negra, sabía aprovechar, dado el caso, la traslucidez de la acuarela para captar el veteado del mármol. En su retrato al óleo de una joven romana, lo que admira, más allá de la corrección académica de la proporción, carnación y modelado, es la expresión de plácido aburrimiento propio de una adolescente que lleva muchas horas sentada, en tanto que en su autorretrato realizado a los 79 años los ojos trasmiten la irónica satisfacción, teñida de desengaño, de quien, si mucho hizo, aún más vio.pm
Émile Bénard: arquitectura y pintura, Palacio de Bellas Artes, Av. Hidalgo 1, Centro. Hasta el 28 de febrero
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