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Fotografías en gran formato, como las de la imagen, y diversas manifestaciones estéticas y experimentaciones alrededor del cuerpo humano, propuestas por creadores latinoamericanos y de otras latitudes, se pueden admirar en el recinto de Moliére 330, Polanco, donde hace escala la muestra que ha recorrido varios países (Foto: Carlos Ramos Mamahua)
M éxico 23 de Febrero 2007. (ARTURO JIMENEZ/La Jornada).- Reivindicación del cuerpo humano en su diversidad infinita, placer visual y estético, reflexión, desinhibición ante la moral y la moda, y aceptación gozosa de uno mismo y del otro, provoca o puede provocar en el espectador la famosa exposición multimedia «Cuerpos pintados».
Esta muestra, que se presenta en el Foro Scotiabank, llega a México después de recorrer varias ciudades del mundo y de casi dos décadas de creación y experimentación de más de cien artistas latinoamericanos y de otros países.
Cuerpos pintados, surgida como un proyecto chileno que luego se hizo internacional, es una mirada a más de 5 mil imágenes presentadas en fotografías murales y de otros formatos, y en 70 libros, audiovisuales y videodocumentales, además de 35 esculturas hiperrealistas y rituales, con música ambiental creada a partir del cuerpo.
La exposición, ya vista por millón y medio de personas, surgió del Taller Experimental Cuerpos Pintados, que ha reunido a creadores, antropólogos y otros especialistas que han investigado la relación del hombre con su cuerpo.
Así, esta relación va desde las prácticas rituales de la pintura corporal de habitantes originarios de Africa, Asia y Oceanía, hasta los tatuajes clandestinos de prisioneros de las cárceles de la antigua Unión Soviética, todos llenos de variados simbolismos.
Prejuicios e idealizaciones
Con una idea que comenzó a tomar forma en los años 80, este taller fue creado por el fotógrafo chileno Roberto Edwards, quien desde entonces ha promovido y recopilado entre colegas de la lente, pintores, escultores, cineastas, músicos y otros artistas las propuestas creativas sobre la piel, el color y las texturas de modelos profesionales y personas comunes; hombres y mujeres que ofrecieron un potencial en tres dimensiones, distinto a las telas, paredes y otros materiales.
Edwards ha dicho: ''Si hay una conclusión que hemos logrado tras años de trabajo, es que todos los cuerpos son lindos. Lo que ha pasado es que hemos idealizado un tipo de belleza, hemos ensuciado el cuerpo y lo hemos visto como una máquina sexual, lo hemos tapado y para muchos se ha transformado en algo feo".
En un principio el proyecto se plamó en el libro Cuerpos pintados: 45 artistas chilenos, pero luego se convirtió en un trabajo y una exposición multidisciplinaria que ha recorrido buena parte del mundo y que ahora llega a México, aunque cabe recordar que una muestra parcial se presentó en el Museo Rufino Tamayo en 1994.
En esta exposición, que rebasa con mucho la promoción comercial como un ''gran espectáculo", también se encuentran fotomurales de artistas reconocidos, como el argentino Luis Felipe Noé, el peruano Jaime Iregui, el ecuatoriano Jaime Zapata, el uruguayo Julio Alpuy y, de México, José Luis Cuevas.
Formas al infinito
Durante un recorrido se pudieron apreciar las impresionantes y reveladoras fotografías de la pintura facial y corporal de los hombres y mujeres de diversas tribus africanas, como los maasai, los kurma y los wodaabe, además de dos piezas en madera (un hombre y una mujer) de los ga, de Ghana, quienes entierran a sus muertos en ''ataúdes de fantasía" en forma de peces, cebollas e infinidad de maneras, según el perfil en vida del difunto.
Luego de las fotos de los sadhus de la India y de los habitantes originarios de Papúa, Nueva Guinea, también de carácter ritual y meditativo, se observa el trabajo del japonés Manabu Yamanaka, quien retrató a mujeres ancianas porque, según el budismo, en ellas puede adivinarse la ''llama de la vida", el alma o el espíritu a punto de extinguirse.
Mientras se observan fotos de desnudos de indígenas ecuatorianos, transexuales estadunidenses y actores chilenos, un joven es pintado en vivo como arlequín en el centro del foro. En varios lugares fueron colocados maniquíes de modelos desnudos, y arriba, blanquísimas figuras masculinas con una mano asiendo una cuerda que cuelga del techo.
Las decenas de libros que ha editado el taller experimental también se colocaron en el centro del lugar, en tanto que en la parte superior, en plataformas escalonadas, se ubican decenas de fotomurales tomados del trabajo de la mayoría de los artistas.
Toda la exposición es una muestra de la enormidad de formas que esconde el cuerpo humano, según la pintura, la luz, el plano y el ángulo en que se quiera captar.
Cuerpos pintados, promovida en México por Operadora de Centros de Espectáculos, SA (OCESA), se presenta en el Foro Scotiabank (Moliére 330, Polanco) y las entradas cuestan entre 35 y 60 pesos.
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