.
La nueva institución, adelanta Lydia Camacho en entrevista con La Jornada, estará abierta para todo público y mantendrá un amplio programa cultural para niños y jóvenes. (Foto: Luis Humberto González)
C iudad Juárez, Chihuahua, 16 de abril, 2008. (RanchoNEWS).- Dos bóvedas resguardan 300 mil registros sonoros, expresa su directora. Se busca revertir la obsolescencia tecnológica y el retraso de cuatro décadas en cuestiones de conservación. Una nota de Ana Mónica Rodríguez para La Jornada:
Las voces de Porfirio Díaz, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas, así como populares radionovelas, entrevistas a María Conesa, Sonia Amelio o Julián Carrillo; conciertos, homenajes, música tradicional mexicana y las grabaciones del etnomusicólogo Thomas Stanford forman parte de los 300 mil fonorregistros que custodia y preserva la Fonoteca Nacional en dos bóvedas.
Lydia Camacho, directora de la institución que será inaugurada a finales de este año en la Casa de Alvarado, en Coyoacán, explica en entrevista el riesgo que implica dejar en el olvido el material auditivo, los problemas que causa la obsolescencia tecnológica, la carrera contra el tiempo que sostienen los expertos para rescatar el patrimonio sonoro nacional, así como el apabullante retraso de cuatro décadas en cuestiones de conservación y salvaguarda de tan valioso acervo.
La Fonoteca Nacional, explica Lydia Camacho, albergará inicialmente 300 mil fonorregistros, con acervos como los del Festival Internacional Cervantino, el Instituto Nacional de Bellas Artes, Radio UNAM, el Instituto Mexicano de la Radio.
Asimismo, recientemente se suscribió un convenio con el Sistema Radiópolis.
En cuanto a colecciones particulares asimiladas, la funcionaria mencionó las investigaciones de campo de Thomas Stanford, Enrique Rivas Paniagua y Armando Pous, entre otras.
«Es un trabajo gigantesco y realmente muy riguroso, porque seremos la primera institución destinada a preservar el patrimonio sonoro; además, tenemos un retraso de cuatro décadas y este siglo XXI iniciamos con el pie derecho con nueva tecnología, la cual nos permite estar a la par de otras instituciones, como las de Francia o Suecia».
Recinto de primer mundo
Ahora, enfatiza Camacho, «tendremos una fonoteca de primer mundo gracias al equipamiento que nos permitirá hacer un trabajo más completo y rápido, porque mantenemos una carrera contra el tiempo para rescatar el legado sonoro del país», dijo.
«Por tanto, es necesaria y urgente la transferencia de esos soportes analógicos a nuestro sistema de almacenamiento masivo digita», dijo.
Para la fundación de la fonoteca se han invertido alrededor de 40 millones de pesos, 31 de los cuales fueron destinados a la adquisición de equipo.
«Evidentemente no es una inversión onerosa, ante la urgencia que se requiere para salvar ese patrimonio».
El acervo de la institución será custodiado en dos bóvedas vanguardistas: una llamada de herencia analógica, con capacidad para un millón 500 mil soportes, y la bóveda de herencia digital, que consta de un sistema escalable que abarca 2 millones de horas.
La misión de la Fonoteca Nacional es, desde ahora, preservar el patrimonio auditivo mediante la puesta en marcha de métodos certificados de recopilación, conservación y preservación del acervo, para que los investigadores, docentes, estudiantes y el público en general tengan acceso, tanto a la herencia sonora de México, como a las actividades artísticas, académicas, culturales y recreativas relacionadas con el sonido.
Lydia Camacho explica que ante el peligro que persiste para salvaguardar el legado sonoro, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) recomendó en 1982 a todos los países miembros rescatar ese patrimonio, considerado memoria histórica, cultural y social de los pueblos.
El abandono de este valioso material ocurre también en diversos países de América Latina, África y Asia.
«La situación es bastante crítica y las estadísticas de la UNESCO arrojan una existencia aproximada de 200 millones de horas de patrimonio sonoro y audiovisual, 100 de ellas corresponden al auditivo del cual 80 por ciento está en riesgo de desaparecer».
Voces de Díaz, Madero y Cárdenas
Lydia Camacho indica que el registro más antiguo en posesión de la Fonoteca Nacional son las voces de Porfirio Díaz y Francisco I. Madero, así como la grbación del general Lázaro Cárdenas en su discurso sobre la expropiación petrolera de 1938.
En las bóvedas también se encuentran las 5 mil piezas musicales de la colección de Stanford y los conciertos homenaje, uno dedicado a Octavio Paz, realizado el 20 de octubre de 1984 en el contexto de la versión 12 del Festival Internacional Cervantino, así como otro en honor de Blas Galindo, en el Palacio de Bellas Artes, en 1993.
La resistencia popular, canciones de la Revolución y las grabaciones de compositores e intérpretes sobre la historia de la música popular mexicana, como Agustín Lara, Toña la Negra, Jorge Negrete, Pedro Infante, Tin Tan, Eugenia León, Guillermo Briseño, Álvaro Carrillo, Antonio Bribiesca y Chava Flores se suman a las grabaciones de antiguas radionovelas arraigadas en el imaginario colectivo.
También están en custodia las entrevistas realizadas a María Conesa, Mario Ruiz Armengol, Sonia Amelio y el tío Gamboín, además de series radiales como México visto por los escritores españoles contemporáneos, Presencia de Carlos Fuentes y Retrato hablado (con personajes como Andrés Henestrosa, Manuel Esperón, Eduardo Matos, Joaquín Gutiérrez Heras, Raquel Tibol y Gloria Contreras).
Página web y revista electrónica
En una estimación previa a la apertura de la Fonoteca Nacional, se espera que acudan a la Casa de Alvarado –edificio construido en el siglo XVII y declarado patrimonio histórico en 1932– alrededor de 6 mil estudiantes durante las visitas guiadas, además de 10 mil personas que visitarán la fonoteca y su sitio en Internet.
«La Fonoteca Nacional estará abierta para todos, con un amplio programa para niños y jóvenes que permitirá sensibilizarlos sobre la importancia que tiene el mundo de los sonidos en la vida. De tal suerte que estaremos organizando de manera permanente visitas guiadas e impulsando que ese lugar sea un sitio de consulta abierto para que allí sea depositado el material histórico-cultural del amplio mundo sonoro».
También se planea organizar conciertos, exposiciones e instalaciones sonoras, además de la puesta en marcha de una página web y la edición de una revista electrónica.
¿Ha sido absorbente estar a la cabeza de este proyecto?
He estado consagrada de tiempo completo a este proyecto, no sólo desde hace un año que asumí la dirección in situ de la fonoteca, sino desde Radio Educación, cuando lo comencé; ha sido un trabajo doble, porque llevar a una institución como fue la emisora y, por otro, trabajar en un proyecto alterno de tal envergadura, ha implicado una dedicación absoluta.
Hace unos días, la directora de la Fonoteca Nacional lanzó la convocatoria encaminada al rescate de materiales sonoros, que por su valor social, cultural o histórico constituyan parte del patrimonio nacional y que hayan sido grabados desde finales del siglo XIX a la fecha, en cualquier soporte: cilindro de cera, cinta de carrete abierto, dat, disco compacto, caset y minidisc.
REGRESAR A LA REVISTA