Kissing-nun, 1992. Fotografía original de Oliverio Toscanini. Esta foto realizada para una campaña publicitaria de Benetton fue prohibida en Italia y Francia gracias a las presiones del Vaticano. A pesar de ello, ganó el premio a la Mejor Publicidad en Gran Bretaña. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua, 8 de abril, 2008.-(RanchoNEWS).- La exposición explora los límites éticos y jurídicos del uso de las imágenes. A través de las 80 fotografías seleccionadas por el curador Daniel Girardin para esta muestra, subtitulada Una historia ética y jurídica de la fotografía. Una nota de Rodrigo Carrizo Couto para El País:
La foto apabulla. Representa algo de lo que apenas se han podido ver imágenes. Es una mano arrancada tirada en el suelo, de la que cuelgan tiras de carne y trozos de hueso. La mano es, sencillamente, un resto humano fotografiado por Todd Maisel el 11 de septiembre tras los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York. La perturbadora imagen fue publicada por el New York Daily News, rompiendo un tabú no escrito que prohibía mostrar a víctimas del mayor ataque terrorista perpetrado en suelo estadounidense.
La mano de Maisel provocó un escándalo mayúsculo y planteó la siguiente pregunta, y el consiguiente debate: ¿por qué no se puede mostrar a los muertos? Según su autor, la respuesta es: «Para no revivir los fantasmas de la guerra de Vietnam».
A esa imagen se suman las fotos anónimas de torturas en la prisión iraquí de Abu Ghraib, que hicieron perder toda credibilidad moral a la presidencia de George W. Bush. Ambas son buenos ejemplos del dilema que explora Controversias, la exposición recién abierta en el Museo del Elíseo de Lausana.
A través de las 80 fotografías seleccionadas por el comisario Daniel Girardin para esta muestra, subtitulada Una historia ética y jurídica de la fotografía, se intenta dar respuesta a complicadas preguntas que no siempre acarrean evidentes respuestas. Pero una conclusión a la que el visitante llega rápidamente es que uno de los temas más polémicos es, y ha sido siempre, el sexo. Para muestra, la fotografía de Brooke Shields desnuda a los 10 años en una bañera. Su autor, Garry Gross, que ha acudido a Lausana para la inauguración de la exposición, comentó: «Sencillamente, son fotos que hoy no podrían hacerse».
Su vida se convirtió en un quebradero de cabeza cuando la célebre actriz interpuso contra él una demanda para impedir la utilización de dicha sesión. Todo desembocó en un juicio que el veterano fotógrafo ganó, pero que casi le lleva a la ruina.
Pero la historia de la polémica y los juicios parece ser vieja como la fotografía misma. La exposición recuerda que, ya en 1840, el pionero Hippolyte Bayard tuvo que presentarse en los tribunales para defender la autoría de los novedosos tirajes en papel contra el omnipresente daguerrotipo usado en la época.
O Napoleon Sarony, quien en 1882 tuvo que defender sus derechos de autor sobre unos retratos de Oscar Wilde comercializados a escala industrial y de los que nunca vio un centavo. La justicia de Estados Unidos reconoció que las fotos eran «el fruto de un trabajo intelectual» y accedió a reconocer su autoría. Dicho veredicto sentó jurisprudencia e hizo historia, al hacer posible que los fotógrafos pudieran cobrar por su trabajo.
Otro campo polémico es el de la religión. En Lausana se presentan las provocadoras series para Benetton realizadas por el muy controvertido Oliviero Toscani, entre ellas el célebre beso entre un cura y una monja, cuya distribución fue prohibida en Italia bajo presiones del Vaticano y retirada en Francia.
Lausana acoge también el inquietante universo fotográfico de Andrés Serrano en torno a los fluidos corporales, que incluye un Cristo crucificado sumergido en orines. Esta imagen provocó, en 1989, que las autoridades de EE UU revisaran la ley sobre subvenciones culturales.
La exposición no tiene, según su comisario, vocación alguna de provocación. Girardin explicó que su principal interés consiste «en constatar cómo la tolerancia cambia con el tiempo». Para montar la muestra fueron necesarios cuatro años de gestiones y la colaboración de un gabinete de abogados especializado en derecho de imagen para defenderse ante las posibles implicaciones judiciales. De hecho, la muestra está prohibida a menores de 16 años.
Omayra Sanchez, Armero, Colombie (1985) de Frank Fournier
La foto que dió la vuelta al mundo en 1985 de la niña Omayra en agonía tras la erupción del volcán Nevado del Ruiz, en Colombia. Según su autor, Frank Fournier «es un testimonio del dolor humano y la impotencia».
Marc Garanger, 1940
Argelia, 1960. Fotos tomadas a mujeres argelinas para los documentos de identidad en los que se les quitó el velo a la fuerza por las autoridades francesas coloniales. Las fotos fueron usadas luego como testimonio de la brutalidad de la Guerra de Argelia.
Sin título, 1975 de Garry Gross
Brooke Shields, desnuda a los 10 años. En 1981, la célebre actriz intentó impedir que estas fotos fueran expuestas pero perdió el juicio, aunque logró llevar a la ruina al fotógrafo Garry Gross.
Anonyme, Abou Ghraïb, Irak, 2004
Una de las fotos de torturas y vejaciones en la prisión de Abu Graib que desacreditaron moralmente al gobierno de los Estados Unidos
Piss Christ, 1987 de Andrés Serrano
Esta foto de un Cristo crucificado sumergido en orines provocó un cambio en la legislación de subvenciones a la creación artística en los Estados Unidos en 1992. La obra de Serrano fue vandalizada en 2007 en una exposición en Lund, Suecia.
Noire et Blanche, 1926 de Man Ray
Foto polémica pues fue comprada en los 90 como «vintage» y se supo luego que era un tiraje contemporáneo de esta obra clásica del gran Man Ray.
Christina, Misty and Alisa, 1989 de Jock Sturges
Fotógrafo especializado en desnudos infantiles, Sturges fue arrestado por la policía de California en los 90 acusado de pedofilia. Tras un agotador juicio se reconoció la «naturaleza artística» de su trabajo. Afirmó que sus fotos «serían imposibles de realizar» en el mundo actual.
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