Rancho Las Voces: Libros / Ciudad Juárez: Una platica sobre la «La virgen del barrio árabe» en la librería de la UACJ
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domingo, abril 20, 2008

Libros / Ciudad Juárez: Una platica sobre la «La virgen del barrio árabe» en la librería de la UACJ

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En la mesa el presentador a su izquierda, Clara Eugenia
Rojas, Bernardo Jáuregui, Héctor Rivero y Willivaldo Delgadillo. (Foto: jmv/RanchoNEWS)

C iudad Juárez, Chihuahua, 11 de abril, 2008. (Jaime Moreno Valenzuela/RanchoNEWS).- La Librería Universitaria de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) le prestó su espacio a la altura poniente del Barrio Árabe, para revisar las creaciones del espacio de Asintrop. Personaje de la novela que hace diez años nuestro amigo Willivaldo Delgadillo publicó para el sello editorial de Plaza & Janés, La Virgen del Barrio Árabe.

Otra tarde alegre en la frontera norte, para reencontrarnos con la literatura de la misma, rodeado de primos, como lo dijo el autor, disfrutamos de las maquetas de los alumnos de arquitectura de la UACJ, así como de las opiniones de Clara Eugenia Rojas, Héctor Rivero y Bernardo Jáuregui, sobre la novela del primo Delgadillo.

Primero se le cedió la palabra a Bernardo Jáuregui, quien nos informó que su disertación sería desde el punto de vista de un lector, hizo énfasis en la necesidad de crítica literaria impresa en la ciudad. Puntualizó que en la reciente edición, faltaba el capítulo 7. La novela dijo era tan abierta que incluso no era fácil disfrutarse su lectura desde su primera edición. Entiendo que el paso del tiempo a cualquier tipo de producto le hace bien, si el producto es bueno.

Para él es una novela abierta, sobre todo en su primera edición, tan abierta que se le antoja la posibilidad de varias sagas. Eliminar ese capitulo hace más cerrada la edición tipo directors cut. Al leer los nombres de los personajes nos pidió que escucháramos el ritmo, en eso sí no nos ayudó, ya que la falta de eso, me hizo perderlo (ya será la próxima).

Héctor Rivero en su turno enfocó sus espejuelos al texto que trabajó para la ocasión y con eso arribó a las atmósferas del barrio árabe jugando con sus personajes, dándonos a entender su posición como cronista del Barrio Árabe, agradecimos su visión de arquitecto que pronunció al barrio hacia la ciudad del futuro.

Creí entender que la novela presenta alucinaciones arquitectónicas, capaces de describir el espacio de un pirata, ese criminal que en su decadencias alcanaza posturas tan significantes para invitar a la creación de una ciudad invisible.

Cuando le tocó el turno a Clara Eugenia Rojas, sintió que los compañeros de mesa habían sido muy escuetos y no le habían dado oportunidad de hilvanar argumentos para contestariamente alcanzar la voz de amazona de su género y decirle a Willy que su novela no era femenina como le había comentado él. Willy sonrió y lo negó.

Al darse cuenta que cuando uno no hace la tarea la gente lo nota, prefirió dar fuga frontal y permitirse el análisis de texto, no de novela, para así escudriñar la misoginia de Willy en su texto, no en su novela (que quede claro) disculpándose de alguna forma. Tal era su afán que no consideró a los congregados, que conocemos al autor, quien incluso nos ha dado pistas sobre su texto.

Y era tal el demostrar sus conocimientos actualizados sobre el feminismo, ahora discriminación de género (para ser políticamente correcto), que varios de los asistentes contando a las del género discriminado pensamos tomaría una actitud setentera y quemaría el brasier (el de ella o el que usaba en ese momento) sin importarle la presencia de niños (también sin olvidar que no hubiese sido políticamente correcto ya que no es permitido fumar en el recinto).

De este texto, tejido inacabado, se pueden desprender mas novelas dijo y entonces qué con el texto. Eso fue lo de menos ya que la novela analizada como texto es una cruda setentera la cual va más allá de la ficción, es posthumana. Pero hasta ahí llegó el concepto de novela para no ofender al autor y regresó con Asintrop a quien lo acuso de usar a la mujer como recurso de sobrevivencia, subrayando que esto lo dice como lectora, no como critica literaria, ni como feminista, una simple lectora que apenas conocía la novela (dale).

La ideología de Willy quedó al descubierto, no es Asintrop, sólo es un humano (aunque varias veces dijo hombre) masculino que su parte femenina no es tan fuerte o no le da la oportunidad, pero quiere liberarse y serlo (¿qué?), aun así no puede escribir cómo siente una mujer (bueno un hombre, pero como es con H, es humano femenino).

Mencionó la gran contradicción, eso creo yo, ella dijo que Asintrop no puede aceptar su rol femenino, está enredado en una cultura tradicional, pero Asintrop quiere escapar de la misoginia (acaso será porque ya aceptó su rol), para luego llevarnos al carnaval, el barrio árabe es un carnaval. Eso sí no supe si en la novela o en el texto (ese tejido inacabado). Ya que en eso mi concentración se perdió cuando hizo un gesto de maestra cansada, diciendo eso ya se los he contado, bueno a mí, no. Sintiéndome alumno de segunda revise mis notas.

Cuando quise retomar el hilo de su disertación, el autor ya estaba en una situación compleja, ya que no quería perder su humanidad (tanto en la novela como en el texto, muy dramático por cierto), eso si me pareció que los presentes lo entendimos, nadie quiere perder su humanidad. Pero no supé si perder lo de humano masculino o lo de darle oportunidad a su lado humano femenino en su humano masculino. Quedo claro que era muy complejo.

Con su amplia experiencia al darse cuenta de haber mal hecho su tarea y percatándose de que ya son dos las ediciones con diferentes portadas, tomó la última y al dibujo de Fausto lo acuso de lo mismo, de misógino, por el hecho de presentar una mujer con los ojos cerrados, un objeto más en la portada. El árbol, la bicicleta, un plato y una mujer con los ojos cerrados son objetos. Zás, cuás y más, sentí yo. Un conteo regresivo no me llevó al sensei, y le pregunté: ¿Entonces una mujer dormida es un objeto? … NO... respondió, todo depende del contexto (eso del texto se le da). Esgrimió lo que pudo y no se pudo convencer. Me llamaron la atención, «no le des alas». Entonces seguí callado.

Willy en su muy propio estilo, cuando le fue dada la palabra, se deslindó de Asintrop como en la ahora penúltima prestación donde Héctor Padilla le informó que Asintrop era su alter ego. Y subrayó que mientras escribía La virgen pertenecía al movimiento familiar cristiano.

Maqrol debe dormir tranquilo, su papá nos leyó el último párrafo de La virgen y a continuación un capitulo de su última novela que se desprende del capitulo 7, el de la tatuadora, pero ya está muerta.

Al final les puedo decir que Willy le mantiene su pedestal a la mujer y si no lo cree Clara Eugenia Rojas, basta ver en el rostro del primo donde su humano femenino, lo pronuncia con su sonrisa y su barba en honor de la mujer barbada de los circos.



Las maquetas de los alumno de la UACJ



Massiel Mena


Massiel Mena



Humberto Rico


Luz Ma Zubiate


Diana Mendoza


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