Rancho Las Voces: Poesía / Jesús Tafoya «Tortilla»; Margarita Muñoz Villalobos, «Samalayuca»; Paulino Arreola, «Bahía de Zaragoza»
La vigencia de Joan Manuel Serrat / 18

domingo, abril 20, 2008

Poesía / Jesús Tafoya «Tortilla»; Margarita Muñoz Villalobos, «Samalayuca»; Paulino Arreola, «Bahía de Zaragoza»

Tortilla (*)

Jesús Tafoya

Nada se compara contigo
dulce piel
deshecha entre mis dientes,
amasada por anciana mitológica
para saciar mi hambre,
entre carcajadas
ardiente entregas tu esencia a mi boca.

En medio del rumor de mis vecinos
y el cambio de a peso
me llevo a tus hermanas
a la mesa, donde espera mi madre sus manjares.

Pero tú, la primera,
serás siempre el sabor
que me eleve
a rango de Dios
aquí en la tierra.

Julio de 2007

(*) Nota: Conforme nos vayan llegando habremos de ir publicando una selección de poemas leídos en el III Encuentro Internacional de Poesía, celebrado en Delicias, Chihuahua, entre el 10 y 12 de abril de 2008.

Samalayuca

Margarita Muñoz Villalobos

E l viento me trae tu nombre
Cenizas entre las caracolas
Marcas de tus pisadas en la arena
Mar de ausencias en la oquedad de las dunas

Esta noche sin luna
Los médanos anidan mis palabras
Que se mecen en un vaivén de llantos y de risas
En un lecho teñido de nostalgia

La luz del alba se desgrana lentamente
El temblor de tu recuerdo me recorre la piel
y despierto con el corazón desleído por tu ausencia

Entre los vestigios horadados por el viento
Se perdieron todos los caminos
Si vuelves ya no podré reconocerte

Mañana habrá cambiado el mapa del desierto


Bahía de Zaragoza

Paulino Arreola Arreola

E n el centro del desierto
mi ciudad espera
con paciencia que se crezca la marea
para echarse a navegar.

Zaragoza es aquel puerto
con sus barcas de madera
guiados por los altos faros en la arena
donde el mar no canta ya.

El mar se marchó de Juárez
en busca de Poseidón
pero cuando el siglo acabe
sé que volverán los dos.

Volverá a surcar mi barca
sin temor a naufragar.
La bahía de Zaragoza
mil naves recibirá.

Yo sé que en una de ellas
con la brisa volverás,
y serás como la luna
que se posa sobre el mar
navegando en la bahía
donde nace mi ciudad.


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