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Aspecto del montaje. (Foto: El Universal)
C iudad Juárez, Chihuahua. 14 de octubre de 2012. (RanchoNEWS).- A México y a los escenarios del Festival Internacional Cervantino llegó por primera vez una producción de Burgtheater, uno de los teatros más antiguos de Austria –invitado de honor en esta cuadragésima edición–, que presentó una versión de Dorian Gray contrastante con la tradición pero sin perder de vista los deseos más profundos de este retrato del inglés Oscar Wilde: la belleza y la juventud eternas. Escribe desde Guanajuato la cronista Verónica de Espinosa de la revista Proceso:
Contemporánea, con los recursos escénicos de la multimedia y un solo actor en escena, la puesta terminó con éxito las dos presentaciones en el pequeño Teatro Cervantes –para cuyo espacio requirió de una adaptación especial– y estará en el Teatro Julio Castillo de la Ciudad de México el martes 16.
Hay que decir también que esta participación del teatro austriaco es una de las escasas presencias que de este arte incluye el Cervantino este año y, junto con el Teatro Canto de la Cabra (Teatr Piesn Kozla) de Polonia, las únicas representaciones de los países invitados de honor en los foros teatrales.
A través de una estructura con varias pantallas, las escenas se proyectan y con ellas los personajes que rodean a Dorian Gray: el cínico Lord Henry y el pintor Basil, quien ofrenda la pintura a su admirado modelo, el joven y hermoso Dorian.
Pero todos son uno solo. El actor principal se ha desdoblado en distintos planos e interactúa con sí mismo en pantalla. Sólo Dorian Gray es de carne y hueso, tanto como su vanidad alimentada por Sir Henry y las bajas pasiones que alimenta mientras su retrato cambia de expresión y envejece.
Así el actor –quien forma parte de la compañía desde el año 2004– impone sendas caracterizaciones, algunas de las cuales se nos muestran a través de las pantallas, y la del propio Dorian con el rostro forrado de papel dorado. Y todavía más, es el narrador que habla en tercera persona para describir el efecto que el retrato ha causado en su modelo y su vida licenciosa a partir de entonces.
Este actor, por cierto, ha pasado ya por la dramaturgia de Shakespeare, pues le han tocado papeles en las representaciones de Romeo y Julieta y de Macbeth para este prestigiado teatro, cuya sede es uno de los atractivos turísticos de Viena, entre otras cosas por las pinturas de los hermanos Klimt que hay en su interior.
«Ayer es tan pasado como hace cien años», dice una de las líneas de esta adaptación, tan vigente el trasfondo de la decadencia decimonónica descrita por Wilde con las ansias de belleza que apenas son medio aplacadas por el bótox y las cirugías plásticas de hoy.
Esta propuesta multimedia que literalmente transforma un clásico literario en una versión absolutamente actual se estrenó en marzo del 2010, con el trabajo del escenógrafo Peter Baur y la dirección de Bastian Kraft.
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