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jueves, octubre 18, 2012

Artes Plásticas / México: Monsiváis retratado por Toledo

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La obra de Francisco Toledo, inédita hasta ahora, mide dos metros por 90 centímetros.  (Foto: Cortesía Fausto Nahúm Pérez)

C iudad Juárez, Chihuahua. 18 de octubre de 2012. (RanchoNEWS).- El escritor Carlos Monsiváis (1938-2010), pensativo, de perfil, con las manos en las bolsas del pantalón, despeinado, sereno, camina frente a sus libreros; parece buscar un título específico entre el mar de lomos de distintos colores acomodados de diversas maneras. Un gato negro, también de perfil, lo acompaña. Una nota de Virginia Bautista para Excélsior:

Ésa es la figura central del tapiz, en dos piezas, que el artista plástico Francisco Toledo realizó para uno de los muros de la biblioteca personal del cronista y ensayista mexicano, que formará parte de la Ciudad de los Libros en La Ciudadela.

«La idea es que se sienta su presencia como un fantasmita que está cuidando sus libros, que se pasea por su biblioteca», dice en entrevista con Excélsior el pintor, quien detalla que el saco que porta su amigo posee solapas y botones de verdad, que a los lentes les puso mica en lugar de vidrio y que los zapatos tienen agujetas que se amarran.

«Es como una especie de collage. La silueta de Carlos, a contraluz, la hicimos a través de una foto que nos proporcionó la familia. Él siempre me pidió, estando en vida, que le hiciera un retrato. Lo intenté dos veces, lo senté, lo traté de dibujar, pero no me salía, nunca pude hacerle el retrato que él quiso. Ahora, por fin se lo hice», narra un tanto melancólico, pero contento de haberlo terminado.

Vía telefónica desde la capital oaxaqueña, Toledo explica que los dos tapices de lana peinada, de aproximadamente dos metros por 90 centímetros, serán colocados en la pared como continuidad de los libreros del acervo. «Simularán que son libreros reales. Será una especie de engaño al ojo, le llaman trampalojo».

Integrados por siete niveles –«tal vez sean los niveles de sabiduría que alcanzó Carlos»– los libreros de los tapices muestran decenas de volúmenes gruesos, delgados, pequeños, grandes; acomodados de manera vertical, inclinados o acostados; con título o sin él.

«Quisimos conservar los colores naturales de la lana de borrego para que no hubiera problemas de que se destiñera con el sol. Estará protegido. Los títulos fueron escogidos al azar y las letras se grabaron con láser y se pegaron», detalla el escultor.

En cuanto al contenido de los dos libreros, dice que al principio pensó que todos los ejemplares hicieran referencia a los gatos, mascota favorita de Monsiváis, pero después, como «no quería poner muchas letras en los lomos», optó por citar algunos de los títulos del autor de Amor perdido y los nombres de narradores que éste leyó con asiduidad.

Así, aunque Toledo confiesa que nunca vio con detenimiento la biblioteca que su amigo tenía en su casa de la colonia Portales –«era un desorden, sólo veíamos sus nuevas adquisiciones»–, decidió, conociendo sus gustos y por los autores de los que hablaban, que debían estar presentes Edgar Allan Poe, Franz Kafka, William Blake, Honoré de Balzac, Federico Nietzsche, Gibran Jalil Gibran, Italo Calvino, Ernesto Sabato, Jorge Luis Borges y Carlos Fuentes, entre otros.

No podía faltar, prosigue, La Biblia, diversos títulos sobre los gatos y los libros de la autoría de Monsiváis: El Estado laico y sus malquerientes, A ustedes les consta, Los mil y un velorios, Nuevo catecismo para indios remisos, Días de guardar, Los rituales del caos y Apocalipstick, por mencionar sólo unos.

Y, en medio de todo este «orden en el caos», destaca un único adorno: la figura de un luchador enmascarado con los brazos en actitud entre retadora y en guardia.

«La lucha era una de sus debilidades, tenía un gran amor por la lucha libre y por eso pusimos a un luchador en miniatura», apunta Toledo.

Tres obras toledanas

Las decenas de libros recreadas en los tapices de Toledo «se sumarán» a los cerca de 24 mil títulos que componen el fondo Monsiváis, adquirido por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en 13 millones de pesos, el cual dará vida a la biblioteca personal del escritor que, tras una inversión de 20 millones de pesos, deberá abrir durante el próximo mes y medio.

El inmueble, diseñado por el despacho arquitectónico JSa, estará marcado por la presencia de tres obras del artista juchiteco, quien primero diseñó las figuras de los gatos que llevarán los mosaicos del piso, después elaboró los dos tapices mencionados y ahora prepara una escultura.

«Leímos algo que nos gustó como imagen: Baudelaire dice que los chinos ven la hora en los ojos de sus gatos. Hicimos un pequeño proyecto en mármol para tener una imagen de un gato con dos carátulas de reloj en los ojos. Eso está en proceso, ojalá esté listo para la inauguración».

Toledo señala que le gustaría estar presente cuando se abra la biblioteca Monsiváis, a pesar de que considera que la Ciudad de México «cada día está más lejos», pues se trata de un amigo que conoció hacia 1963. «Fue en la librería Zaplana, que estaba en Juárez, casi esquina con Bucareli. Él era un poco tímido y yo también. Él era ya muy reconocido, y yo no tanto», evoca.

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