Rancho Las Voces: Libros / México: «Aquellos años del boom» de Xavi Ayén
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sábado, octubre 04, 2014

Libros / México: «Aquellos años del boom» de Xavi Ayén

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Un nuevo libro documenta el peso real de Carmen Balcells en el grupo de escritores latinoamericanos. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 4 de octubre de 2014. (RanchoNEWS).- En el libro Aquellos años del boom, el escritor y periodista Español Xavi Ayén presenta una biografía del boom literario, con historias, documentos y datos inéditos, como la última fotografía de Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa antes de su ruptura, el peso real de Carmen Balcells en la unión de este grupo y las pruebas de cómo algunos editores estafaron a estos autores en sus primeros libros. Una nota de Juan Carlos Talavera para Excélsior:

«Yo quería hacer la biografía del boom, pero a manera de crónica porque es una visión que faltaba», dice a Excélsior Xavi Ayén (1969), el escritor y periodista que ayer participó en el Hay Festival 2014, y quien tuvo acceso a fuentes inéditas, como el archivo que Mario Vargas Llosa depositó en la Universidad de Princeton y el de Carmen Balcells.

El boom tiene un legado, explica Ayén, y a simple vista se le reconocen dos características: la creación del mercado global de la literatura en español y por primera vez en la historia de la literatura el canon de la literatura universal estuvo formado por autores latinoamericanos.

«Ellos crean el mercado global de la literatura en español mucho antes de la globalización y de que existieran los mercados globales; lo hicieron durante los años 60 y consiguieron borrar las fronteras nacionales, al grado que cuando publicaban una novedad salía simultáneamente en todos los países que hablaban español. Ellos fueron los primeros en hacerlo», explica.

Pero también recompusieron el canon de la literatura, «incluso existió un consenso en que la mejor literatura escrita en esos momentos venía de América Latina. Eso es algo que recomponen».

¿Por qué entre los hijos del boom que menciona hay nombres como Alfredo Bryce Echenique y Guillermo Cabrera Infante?, se le cuestiona al autor del libro publicado por RBA. «No los suelen situar en el boom literario, pero yo me ocupo de ellos sin decir si son o no, porque en realidad el boom es una etiqueta arbitraria, aunque es cierto que existieron algunos escritores indiscutibles».

Bryce mismo dice que llegó tarde al boom, recuerda, pues él mismo se trasladó a Barcelona —la ciudad del boom— y cuando llegó ya no había nadie. No estaban José Donoso, García Márquez ni Vargas Llosa, así que dedicó a escuchar las anécdotas que habían dejado a su paso por esa urbe.

¿Qué tan grande era la fuerza de Carmen Balcells?, se le pregunta. «A veces nos olvidamos de su importancia, pero sí que fue básica para que estos escritores actuaran como grupo, porque incluso los llevó a todos al mismo barrio. En aquella época Vargas Llosa estaba en Londres, García Márquez en México y Donoso en Mallorca, así que los llama y los hace ir a su lado para tenerlos controlados».

Lo que significa que ella se ocupaba de todo: encontraba colegio para los niños, el apartamento, las hojas y la tinta para la máquina de escribir. Ella fue la creadora de este clan y fue un factor tan grande como la revolución cubana, explica.

«Carmen Balcells los invitaba a comer y creó esa camaradería, una mezcla entre interés y afecto que fue indisoluble. Eso le faltó a Cabrera Infante. Bueno, pero no olvidemos que Julio Cortázar fue el único que no quiso estar con Carmen.»

Esto se debió a que para él la literatura no podía ser una profesión. «Julio tenía su trabajo como traductor y quería escribir lo que le apeteciera sin necesidades comerciales. Mientras que Ballcels pedía a los autores del boom que publicaran una novela cada determinado tiempo. Eso iba contra la filosofía de Cortázar».

¿De dónde viene la fuerza de esa «Mamá Grande»? «Es una fuerza de la naturaleza. Yo he tenido el privilegio de tener largas sesiones con ella para este libro, ver sus archivos y puedo decir que es una persona que los arrastra a todos. Ella no hace otra cosa en la vida que dedicarse a esto, a sus autores».

Y añade: «Aunque es cierto que tiene un complejo de inferioridad dentro del mundo intelectual en español, ya que viene de una familia campesina y nunca fue a la universidad, considera que no es tan sofisticada ni culta como el entorno del mundo editorial, y eso le dolía y le hizo consagrarse en cuerpo y alma para que los escritores fueran estrellas. Ella sabía que ésa era su única fuerza».

Ella fue muy lista porque creó vínculos afectivos indestructibles, más allá del interés material y de lo económico, explica, y consiguió que todos pudieran vivir de sus novelas, lo cual era una novedad absoluta.

Por ejemplo, a Mario Vargas Llosa le dijo que dejara de dar clases en la Universidad de Londres. Él le respondió que necesitaba el dinero para su familia. Entonces ella le pregunta cuánto ganaba al mes; «500 dólares», le dijo. Y la charla terminó cuando ella dijo: «Ya, te los pago yo, pero vente a Barcelona a escribir».

Lo cierto es que no se hablaría del boom si no se hubiera publicado Cien años de soledad —aunque La ciudad y los perros sea muy anterior— debido al estallido comercial de ‘Gabo’.

«Esta novela vendió lo que nadie ha vendido y hasta entonces sólo el Quijote lo había hecho. Entonces Carmen Balcells se encontró con eso y lo utilizó para mejorar las condiciones de vida de todos, no sólo de García Márquez, quien se convirtió en millonario de la noche a la mañana.

Para eso, la editora utilizó sus famosos paquetes cuando un editor quería publicar la novela del autor colombiano. Entonces les decía que si querían publicar esa nueva novela, debían publicar otros diez escritores que entonces eran desconocidos.

Inspirado en el libro La historia personal del boom, de José Donoso, Xavi Ayén dedicó más de una década a escribir Aquellos años del boom, donde también dedica algunos capítulos a Carlos Barral, Álvaro Mutis, Sergio Pitol, Carlos Fuentes, entre otros, e inicia con una escena posterior al puñetazo que Vargas Llosa le propinó a Gabo:

«El 12 de febrero de 1976, en un parque frente al Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, Elena Poniatowska corre azorada hacia una hamburguesería y pide un filete crudo. Gabriel García Márquez la espera atontado en un banco porque uno de sus mejores amigos lo acaba de noquear en público…».



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