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Una de las claves de la creación es justamente la libertad, y lo que necesitamos, principalmente, es esa forma de buscarnos y encontrarnos a nosotros mismos, explica a La Jornada Arturo Márquez (en imagen durante el concierto en el que dirigió a la Orquesta de la Filarmónica de la Ciudad de México, en el Monumento a la Revolución, el 3 de abril de 2011). «Lo que vimos en el primer premio fue, principalmente, que hay muchos jóvenes, muchos más de lo que yo pensaba, interesados en incursionar en esta fusión tan interesante de la música de concierto con la popular, la folclórica», detalla. (Foto: María Luisa Severiano)
C iudad Juárez, Chihuahua. 5 de junio de 2015. (RanchoNEWS).- Cada vez son menos evidentes las fronteras entre la música de concierto, la tradicional y la popular en el panorama de la composición contemporánea en México. Reporta Ángel Vargas para La Jornada.
Así lo observa el sonorense Arturo Márquez (Álamos, 1950), acaso el compositor mexicano vivo más conocido y prestigiado hoy en el mundo, quien se ha destacado, precisamente, por incorporar en sus obras, sin inhibiciones ni prejuicios, elementos de los tres ámbitos.
En entrevista con La Jornada, motivo de la segunda edición del concurso de composición que lleva su nombre, cuya convocatoria cerrará el 14 de septiembre, el autor de Danzón 2 –obra que es ya emblema sonoro del país– considera que tal tendencia es resultado más de un proceso natural que de alguna moda o reivindicación nacionalista.
Explica que hasta los años 50 y 60 del siglo pasado prevaleció la tendencia de hacer muy universales, globales, todas las estéticas, incluidas las de la música.
La situación comenzó a cambiar entre los años 70 y 80 de la misma centuria, cuando varios compositores, aunque no regresaron propiamente a un nacionalismo, sí se adentraron en una búsqueda natural para fusionar «nuestras músicas, nuestras raíces» con la vertiente académica.
Las raíces laten en el corazón
Más allá de asumir este movimiento como un neonacionalismo, término con el que es definido por ciertos musicólogos, Arturo Márquez lo asume como “una búsqueda de vernos a nosotros mismos y ya no tomar esa bandera de que lo nuestro es lo único y lo mejor, sino, más bien, tomarlo de una manera más natural.
«No podemos decir –agrega– que (Astor) Piazzolla es nacionalista; es argentino y tanguero. Entonces, creo que esa naturalidad en el arte de la composición, en la música, ya se está dando en las generaciones más recientes.
«Esto es muy bueno, porque fue rechazado en su momento; entre los años 40 y 70 era algo que no se quería. Pasaron unos años y, de repente, nos preguntamos: ¿Y por qué no? Finalmente, una de las claves de la creación es justamente la libertad, y lo que se estaba contando principalmente es esa forma de buscarnos y encontrarnos a nosotros mismos.
«No obstante lo que se ha avanzado, de acuerdo con el compositor, a la fecha todavía existen muchos creadores que hacen el feo a la música popular. Esto, sin importar que gran parte de esta vertiente es mejor que muchas músicas académicas.»
El Concurso de Composición Arturo Márquez para Orquesta de Cámara, instaurado el año pasado por el Patronato del Centro Cultural Roberto Cantoral y el Instituto Nacional de Bellas Artes, es un buen parámetro para conocer el estado y el nivel que guarda la creación musical en México, así como algunas de las tendencias prevalecientes, según el artista.
«Lo que vimos en el primer premio fue, principalmente, que hay muchos jóvenes, muchos más de lo que yo pensaba, interesados en incursionar en esta fusión tan interesante de la música de concierto con la popular, la folclórica», afirma.
«Esto es algo muy interesante. Debemos recordar que es un concurso para menores de 40 años, que es una generación con muchas tendencias en la composición, pero en la que, por fortuna, hay menos prejuicios y más apertura que en los años 50, 60 y 70 para la música tradicional y popular. Eso es algo natural, las raíces laten siempre en nuestro corazón».
Las bases del segundo concurso Arturo Márquez, abierto a compositores mexicanos y extranjeros residentes el país durante cinco años, menores de 40 años, pueden consultarse en la página electrónica.
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