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Instalacion del cuadro de Gauguin ¿Cuándo te casarás? en el Reina Sofía. (Foto: Samuel Sánchez)
C iudad Juárez, Chihuahua. 3 de julio de 2015. (RanchoNEWS).- Pocas visitas artísticas han levantado tanta expectación como Nafea faa ipoipo (¿Cuándo te casarás? en tahitiano) la obra de Paul Gauguin que el pasado febrero se hizo con el título de la «más cara de la historia» tras ser adquirida por un comprador catarí a cambio de 300 millones de dólares (264 millones de euros). Hoy viernes, Rudolf Staechelin, su anterior propietario, el director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel y el presidente del Patronato, Guillermo de la Dehesa, han oficiado la ceremonia de instalación de la tela que hasta primeros de septiembre convivirá con la colección del Kunstmuseum de Basilea en la cuarta planta del edificio, compartiendo pared con otra célebre tela de Gauguin: Paisaje con tejado rojo (1885). Procedente de la Fundación Beyeler de Basilea (Suiza), donde ha formado parte de una retrospectiva dedicada al pintor, después de su exposición en Madrid viajará a la Phillips Collection de Washington. A partir de la clausura de esta muestra, el 10 de enero, será entregada a sus nuevos propietarios, la Autoridad de los Museos de Qatar, según ha publicado la prensa estadounidense; extremo que Staechelin ha declinado confirmar en Madrid, «por acuerdo de los componentes del trust familiar», entidad con sede en Nueva York y creada para gobernar la riquísima colección de la que una buena parte se puede ver este verano en el Reina Sofía y el Museo del Prado. Reporta Angeles García Vargas desde Madrid para El País.
«Lo importante son las obras» declaró Staechelin, «las colecciones se modifican con el tiempo. Esta fue comprada por mi abuelo en 1921 por 18.000 francos. No lo hizo por especular, sino porque le gustaba. Esa belleza será eterna, lo demás es efímero».
La venta se produjo mientras la obra estaba expuesta en la Fundación Beyeler, pero se acordó que antes de entregarla a sus nuevos propietarios, se respetarían todos los compromisos adquiridos por el Kuntsmuseum de Basilea.El récord anterior lo ostentaba Los jugadores de cartas, de Paul Cézanne, vendido en 2011 por 250 millones de dólares.
Secretos aparte, no hay duda de que la belleza contenida en ese lienzo de 101,5 cm × 77,5 centímetros es apabullante. Los colores del paisaje polinesio inventado por el artista rodean a dos hermosas jóvenes. Una de ellas es Tehe’amana, la muchacha con la que Gauguin se casó cuando ella contaba solo 13 años y mientras su esposa oficial y sus cinco hijos seguían viviendo en Dinamarca. Los estudiosos del artista consideran que esta es su obra más erótica y una de las más importante de su amplia producción.
Nafea faa ipoipo salió el martes por la mañana en un camión expresamente acondicionado de la empresa de transportes Sim con dos transportistas y un experto encargado de velar por la obra (un correo). Después de hacer noche en los almacenes de la compañía en Barcelona, prosiguió viaje hasta Madrid. Llegó ayer jueves y durante 24 horas permaneció en posición horizontal sobre una mesa para conseguir que se aclimatara. Hacia las 11.00 de hoy viernes ha podido por fin ser colgada de las paredes por tres profesionales del museo. no se reforzará la vigilancia habitual (uno por sala) ni se modifican las condiciones del seguro, que tiene el aval del Estado.
Ante el supuesto remoto de si Manuel Borja-Villel hubiera dispuesto de 264 millones de euros hubiera adquirido la obra, el director respondió que lo importante son los relatos, no una pieza individual. Especulaciones aparte, aseguró que se trata de una obra maestra fundamental y muy importante en la producción de Gauguin. «Tiene todos los elementos clave de sus obras posimpresionistas. La pinta en 1892, durante su primer viaje a Tahití, y él tiene otra idea del paraíso. Por eso, los colores de la Naturaleza que representa no son reales, son los que hay en su imaginación. Es una obra cargada de códigos y forma parte de la serie de cuatro telas dedicadas a las preguntas. Cuando la pinta, él ha huido de Europa buscando un paraíso que solo está en su imaginación».
No se sabe con exactitud la relación entre el título del lienzo y la significación global de este trabajo, pero la misteriosa pregunta -¿Cuándo te casarás?- forma parte del simbolismo general de la escena. La obra también refleja hasta qué punto Gauguin proyectó su imaginario europeo en un paraíso polinesio que bajo el imperio colonial de Francia había perdido su inocencia hacía mucho tiempo. Algunos expertos han considerado que la mujer del primer plano busca marido debido a que lleva una flor en su oreja mientras que la otra sería la encargada de buscar al futuro esposo, por eso al fondo se vislumbran dos figuras paseando. Las tahitianas fueron el motivo fundamental para la inspiración del artista, protagonizando la mayor parte de los lienzos ejecutados en la Polinesia.
Staechelin recordó el origen de la colección familiar formada por su abuelo, en 1915. Con el mismo nombre que el nieto, formaba parte de una familia con negocios en el mundo de la construcción y la aeronaútica, entre otras cosas. «Este cuadro lo he visto toda mi vida, pero, como la mayor parte, estaba depositado en el Museo de Basilea. No conocía a mi abuelo, murió antes de que yo naciera. Después, en un accidente de avión de la compañía que teníamos entonces, murieron mi padre y mi hermano. En total, fallecieron 100 pasajeros y tuvimos que hacer frente a indemnizaciones muy altas. Era 1967, año en que decidí vender dos lienzos de Picasso (Arlequín sentado, de 1923, y Los dos hermanos, 1906, que fueron comprados por el Ayuntamiento después de un histórico referéndum en Basilea; un gesto al que Picasso respondió regalando cuatro obras».
Aunque Staechelin explicó la venta de los picassos, no hizo lo mismo respecto a la obra de Gauguin. Sí aseguró, sin embargo, que, por el momento, no tienen nuevos planes de venta. Y concluyó diciendo que no está seguro de que la parte de su colección que desde hace décadas está depositada en el Kunstmuseum retorne a Basilea en las mismas condiciones en las que estaba. «Tenemos discrepancias con la dirección del museo. Es una decisión que tomaremos el próximo año».
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