Un ensayo de la Fuente Ovejuna de una Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico. (Foto: Alberto Nevado)
C iudad Juárez, Chihuahua. 19 de mayo de 2017. (RanchoNEWS).- Vuelve a la cartelera una nueva visión de Fuente Ovejuna tras los recientes montajes de Pepa Gamboa y Juan Mayorga. Esta vez es la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico la que pone el clásico de Lope de Vega sobre el escenario de la Comedia (desde este viernes, 19) de la mano de Javier Hernández-Simón y de Alberto Conejero en la dirección y la versión, respectivamente. «Hay obras que son como un torrente, una vez que te sumerges en ellas te arrastran con tal fuerza que ya no puedes salir. Fuente Ovejuna trae consigo verdades devastadoras que no hemos logrado aprender ni como sociedad ni como ciudadanos», señala Hernández-Simón, que cita a George Orwell para profundizar en su mensaje: «Cambiar una ortodoxia por otra no supone necesariamente un avance». Por eso, el director, que considera que todo pueblo tiene el derecho y el deber de rebelarse ante la injusticia y la opresión, también tiene que tener la serenidad, la compasión y la inteligencia de entender aquello contra lo que se rebela: «Si no, corre el peligro de ser como ese perro que se lanza a morder la correa que le aprisiona sin percibir la mano que la sujeta». Escribe Javier López Rejas para El Cultural.
Montar este texto con la Joven Compañía es, para Hernández-Simón, un plus porque dota al proyecto de un componente generacional necesario para llevarlo a los tiempos que corren: «El pueblo, todos los pueblos, contienen en sí mismos una fuerza irreprimible capaz de derrocar cualquier sistema injusto que se interponga entre ellos y la libertad».
El reparto, encabezado por Jacobo Dicenta, Marçal Bayona, Mikel Aróstegui, Alejandro Pau, Paula Iwasaki y Aleix Melé, entre otros, tiene que enfrentarse a una obra en la que, como señala Alberto Conejero, hay que encontrar lo que sabe de nosotros, no lo que nosotros creemos saber de ella: «La condición de clásico de esta obra radica en la capacidad que tiene de resultar contemporánea, viva, como recién creada, a lo largo de los siglos. Porque todo lo que está vivo es frágil y a la vez amenazante».
Y si Orwell señalaba el camino de Hernández-Simón, Brecht es la gran influencia del autor de la versión: «Siguiendo su premisa, procuré la intimidad y no la intimidación ante esta luminaria en verso de la experiencia humana». Por eso el autor de La piedra oscura se ha desprendido de los parapetos del estudio y de la tradición para descubrirla como un viajero desnudo de certezas: «He sido absolutamente leal a la Fuente Ovejuna que descubría y no tanto a aquella que cierta tradición me había relatado. Más allá de la visión heredada -ésa en la que un pueblo heroico se levanta contra el tirano-, el texto es una radiografía feroz y punzante de las bondades y miserias de cualquier comunidad social. Un retrato contradictorio de lo que somos como sociedad». Este montaje lleva la escenografía de Bengoa Vázquez y la música original de Álvaro Redondo. El trabajo de éste último ha contribuido a separar los dos grandes mundos del texto: el que alude directamente a Fuente Ovejuna y el que queda fuera de su alcance. «Lo ajeno y lo propio, lo público y lo privado. Su universalidad radica en que se trata de todos los pueblos y todas las sociedades sometidas». Girará este verano por los festivales de Cáceres, Olmedo y Almagro.
REGRESAR A LA REVISTA