Los jabirús africanos, el ibis calvo en el medio y la cabeza de toro a la derecha de la imagen. (Foto: Yale University)
Ciudad Juárez, Chihuahua. 23 de junio de 2017. (RanchoNEWS).- Una manada de elefantes con una hembra embarazada, la cabeza de un toro, dos figuras que podrían representar unas cigüeñas o unos jabirús africanos y un ibis calvo. Estas representaciones egipcias son los primeros jeroglíficos monumentales de la historia, según los arqueólogos de la Universidad de Yale (EE.UU.), escribe David Ruiz Marull para La Vanguardia desde Barcelona.
Estas figuras, que datan de hace aproximadamente 5.200 años, han sido descubiertas durante una expedición para explorar la antigua ciudad de Elkab, situada en el desierto al este de Egipto. «Este espacio de El-Khawy conserva algunos de los primeros –y más grandes– signos de la formación de la escritura jeroglífica y proporciona evidencias de cómo los antiguos egipcios inventaron su sistema único de escritura», explica el egiptólogo John Coleman Darnell, director de la misión.
Los investigadores también han encontrado una roca con arte rupestre que representa una manada de elefantes tallados entre los años 4.000 y 3.500 antes de Cristo –se estima que la escritura jeroglífica se comenzó a utilizar de forma habitual hacia 3300 a. C., más o menos cuando aparecía la escritura cuneiforme en Mesopotamia–. Uno de los elefantes tiene una pequeña cría dentro. «Es una manera increíblemente inusual de representar a una hembra embarazada», apunta Darnell.
En un panel de piedra se han identificado cuatro grandes signos, creados alrededor del 3.250 a.C. y escritos de derecha a izquierda, retratando la cabeza de un toro, los jabirús (o cigüeñas) y el pájaro ibis.Estos símbolos son comúnmente usadas para representar el ciclo solar y el concepto de luminosidad. «Podrían expresar el concepto de la autoridad Real sobre los cosmos ordenado», apuntan el arqueólogo de Yale.
«Ésta no es la primera vez que alguien ve este tipo de jeroglíficos. La novedad, sin embargo, es que por primera vez los hemos visto a escala tan grande. Cada uno de estos símbolos mide medio metro de altura en una tabla es de unos 70 centímetros. Los signos encontrados anteriormente tenían sólo uno o dos centímetros», explica John Coleman Darnell.
El área donde se han descubierto estas escripturas está en el interior del desierto ubicado al norte de Elkab. Esta área, junto con Hierakonpolis, situada al otro lado del río y conocida como su ciudad gemela, eran centros muy importantes –incluso llegaron a ser capital– en el Alto Egipto.
La nueva tesis expuesta por los investigadores de Yale considera que no hubo un desarrollo lento de la escritura o que esta se utilizara desde el principio para la burocracia, como se creía anteriormente. La creencia es que la escritura jeroglífica estuvo más extendida geográficamente y que tenía un uso diverso durante su desarrollo. «Este descubrimiento sugiere que existió un uso mucho más amplio del sistema de escritura temprana del que indicaba al resto de material arqueológico encontrado», dice Darnell.
Los arqueólogos encontraron estas inscripciones siguiendo las rutas de caminos. «La mayoría de las inscripciones rupestres en Egipto –apunta Darnell– no se colocan al azar. Buena parte de ellas están situadas en las carreteras principales, tanto las que discurren en paralelo al Nilo como los que van hacia el desierto. Están, mayoritariamente, en los cruce de caminos, en cualquier lugar donde un viajero podía hacer una pausa en su viaje».
Galería
El arqueólogo John Coleman Darnell, observando los jeroglíficos descubiertos. (Foto: Yale University)
El montículo de roca en el que se han descubierto los jeroglíficos. (Foto: Yale University)