CHRISTER STRÖMHOLM. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 19 de febrero de 2017. (RanchoNEWS).- La famosa fotografía del beso del Día de la victoria en Times Square de Robert Doisneau (1945), los niños gaseados con napalm en Vietnam en La niña del napalm de Nick Ut (1972) o el momento en el que una bala atraviesa a Federico García Borrell en Muerte de un Miliciano de Robert Capa (1936) tienen un lazo en común: las tres instantáneas fueron captadas por una Leica. La revolucionaria cámara de fotos cumple 100 años y la Fundación Telefónica de Madrid lo celebra dedicándole una exposición con más de 400 fotografías de 100 reconocidos fotógrafos: Con los ojos bien abiertos. Cien años de fotografía Leica. Carlos Pina escribe para Huffpost.
Su historia comienza a finales de 1914: Oskar Barnack, un ingeniero de la empresa de microscopios Leitz y gran aficionado a la fotografía, quiso conseguir una cámara más manejable y menos pesada de las que utilizaban en la época. El resultado fue la primera cámara que funcionaba con una película de 35mm y que permitía hacer hasta 36 fotos una tras otra gracias con un objetivo creado por Max Berek. Se trataba de una máquina de 400 gramos con un tamaño muy reducido que permitió reinventar la fotografía tal y como la conocemos hoy. «Negativos pequeños, imágenes grandes» decía el inventor sobre la cámara que revolucionó este arte: Leica, cuyo nombre viene de juntar Lei, de Leitz —la empresa en la que trabajaba su inventor—, y Ca, de Camera.
Hasta ese momento ni el tamaño de las cámaras ni su manera de funcionar eran cómodos para el día a día. Su peso y la lentitud por el cambio de placas dificultaban trabajar con ellas. La cámara Leica consiguió, gracias a su peso, su película y su asequible precio (400 marcos alemanes), una democratización de este arte. Por primera vez una cámara estaba al alcance de aquellos que no se dedicaban exclusivamente a la fotografía.
Por contra, muchos profesionales no confiaron en un principio en esta cámara pensando que no iba a dar un resultado final profesional. El tiempo les quitaría la razón y fotógrafos como Cartier Bresson, Robert Capa, Fred Herzog o Paolo Roversi no se separaron de su Leica a la hora de tomar sus instantáneas más famosas. La discreción que le daba el tamaño y la facilidad de manejo hizo que todos los usuarios pudieran experimentar con nuevas perspectivas y formas de replantearse este arte.
Pero la cámara, inventada en 1914, no llegó a comercializarse hasta 1925 debido a la irrupción de la Primera Guerra Mundial. El invento de Barnack nació en una época de cambios, próximo a dos guerras mundiales, a la Revolución de Octubre o a la Revolución de noviembre, unos años en los que se rompió el orden social. Eso también hizo que la Leica fuese partícipe de los acontecimientos más importantes del siglo XX.
Se puede decir que gracias a esta cámara se inventaron nuevos estilos como la fotografía de calle o la fotografía de guerra. Entre los años 20 y los 60, en una época en la que la gente no podía acceder a la televisión, el fotoperiodismo vivió sus años dorados. Las revistas ilustradas crecían a la par que la impresión de las fotografías. Ya no hacían falta titulares porque las imágenes hablaban por sí solas. Las cámaras seguían avanzando técnicamente mientras que los consumidores de noticias querían ver imágenes de lo que pasaba en el mundo.
Leica fue protagonista de toda la evolución de la fotografía: el fotoperiodismo, la búsqueda de una fotografía más artística, la evolución en el mundo de la moda o la aparición del color. Es por ello que la muestra hace un recorrido a través de algunas de las mejores imágenes de cada estilo. Leica y la Nueva Visión, Fotoperiodismo, Fotografía subjetiva, Fotografía humanista, La nueva fotografía en color, la fotografía de moda y la cámara Leica y Fotografía de autor son los periodos históricos y artísticos que se podrán ver hasta el 10 de septiembre en esta exposición. Un paseo a través de la historia que enseña cómo ha ido cambiando el arte de fotografiar a lo largo de los años y cómo Leica estuvo presente en ese cambio de ver y captar imágenes a través de un visor.
Hoy puede decirse que la cámara ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y ha ido innovado. Igual que asumió la llegada del color, hizo lo propio con la imagen digital. Prueba de ello son los retratos callejeros que Bruce Gilden hizo en 2014 con máquinas digitales. Un manifiesto de que Leica no sólo es su pasado.
REGRESAR A LA REVISTA