Vicente Quirarte, Enrique Krauze, Bolivar Zapata, y Matos Moctezuma montan una guardia de honor en el homenaje de cuerpo presente al poeta español Ramón Xirau. (Foto: Cuartoscuro)
C iudad Juárez, Chihuahua. 28 de julio de 2017. (RanchoNEWS).- Con la bandera de su natal Cataluña cobijando su féretro, los restos mortales del filósofo Ramón Xirau (1924-2017) cruzaron el añejo umbral de El Colegio Nacional a las 12:45 horas de este viernes. Una nota de la redacción de La Razón.
En el auditorio del recinto, donde se respira conocimiento y sapiencia, lo esperaba un puñado de amigos y familiares para rendirle homenaje. Su viuda, Ana María Icaza, rompió en un doloroso llanto.
Inició la ceremonia con palabras fúnebres del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, quien se dirigió a su amiga Anita, pareja de vida durante 68 años del filósofo fallecido: «Ramón siempre estará junto a ti a través de su pensamiento y de su poesía. Nosotros también», dijo el arqueólogo mexicano a la mujer, que sumida en su silla de ruedas, mostró una expresión facial como la de quien no sabe qué está pasando en su derredor.
El poeta Vicente Quitarte, tomó la palabra y evocó palabras de Xirau en torno a la vida y a la muerte, tema presente en su poética. Ambos fueron entrañables amigos y admiraron mutuamente su obra en el campo de las letras y el pensamiento dialéctico; el doctor Enrique Krauze, aseveró que el filósofo fallecido el pasado miércoles en esta ciudad, fue el último de los maestros transterrados de la península a México. «Llegó aquí a hacer una vida», acotó.
Tras esas palabras, Quitarte, Krauze, el subsecretario de Cultura federal, Saúl Juárez, y Anita desde su lugar, hicieron la primera guardia de honor ante el féretro de fina madera. Y así se sucedieron las guardias por parte de miembros del Colegio Nacional, amigos como el político Cuauhtémoc Cárdenas y la periodista Cristina Pacheco. Tras la última ronda, Xirau fue conducido al Panteón Español donde su círculo más cercano lo sepultó.
«Gran hombre, profundamente mexicano y profundamente catalán», rubricó Eduardo Matos Moctezuma, consternado hasta las lágrimas que sin bien tuvieron la discreción de no rodar por sus mejillas, sí se hicieron evidentes al nublar su mirada siempre clara. El homenaje, aunque abierto a todo público, transcurrió prácticamente en la intimidad de la familia y de las amistades, de admiradores y de los compañeros de El Colegio Nacional.
Antes, el cuerpo había salido, a las 11:00 horas, del domicilio de la familia Xirau Icaza, en San Ángel, y se espera su arribo a El Colegio Nacional a las 12:00 horas, donde fue velado en el Aula Mayor. Estuvieron Ana María Icaza, viuda de Ramón Xirau, el presidente en turno de El Colegio Nacional, Eduardo Matos Moctezuma, quien dirigió las palabras postreras, y miembros de esa institución a la que Xirau tanto quiso.
En el acto se escucharon palabras cargadas de verdad, como que Ramón Xirau fue uno de los estudiosos más profundos de la poesía mexicana. Sus exámenes de la obra de Octavio Paz y Xavier Villaurrutia son indispensables para entender no sólo a esos poetas, sino a toda una corriente del pensamiento nacional. Como filósofo, fue igualmente un crítico y un divulgador; en realidad fue poeta, filósofo, ensayista, maestro e investigador.
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