no sé si las naves azules
ven olas de luz en el camino
del templo. No sé si las miradas de las olas
renacen en las hojas, en las yedras,
en las arenas.
Las encrucijadas del viento, las ferias de la mañana
encienden, noche adentro,
las zarzamoras del fuego.
Mundo: ejercicio de los equilibrios leves
cae y no cae en el atardecer encendido,
no sé si nos ve en las yedras del templo.
¿Nos mira, nos mira, nos mira Sinnombre?
Sé que el silencio estalla
en las fresas vivas
de la tarde.
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