jueves, abril 06, 2006
'Villa Villa', una fiesta por todo lo alto
MARÍA PAULINA ORTIZ
E l espectáculo de la compañía argentina De La Guarda ha viajado por todo el mundo. Estará en el Coliseo Cubierto, del 4 al 16 de abril.
Pichón Baldinu miró hacia arriba y pensó en todo lo que podía hacer. No estaba siendo, el argentino, objeto de una inspiración divina (o tal vez sí): miraba el espacio aéreo como un escenario posible. En lugar de moverse con los pies en la tierra, sus artistas irían por los aires.
Así nació la compañía De la Guarda, hace 12 años.
En Buenos Aires, antes, Baldinu había tenido un grupo de teatro llamado Organización Negra, que era un ícono del ‘underground’ porteño recién llegada la democracia tras la dictadura militar. Entre otras cosas, Pichón realizó con ese grupo una obra en la que se tomaba por su cuenta, y con arneses puestos, el Obelisco, símbolo de la ciudad.
Después llegó la obra ‘Villa-Villa’ en 1995: el primer espectáculo de De la Guarda, creado junto a Diqui James. El lugar donde lo mostraron, por probar (no se trata, ni de lejos, de una puesta en escena tradicional), fue un club de rock popular en Buenos Aires.
La gente enloqueció con lo que Baldinu y su grupo ofrecían; tanto como han enloquecido los espectadores de los países a donde han ido sus artistas voladores. El momento llegó por fin para el público colombiano: luego de años de invitaciones que se frustraban por agendas apretadas, De la Guarda estará en el Iberoamericano, del 4 al 16 de abril en el coliseo cubierto El Campín.
Código aéreo
Una semana antes de su primera función, el equipo de argentinos pisó Bogotá. Era necesaria la anticipación, pues ellos mismos montan el escenario donde reciben al público. Por barco, a Cartagena, llegaron cuatro contenedores con el material necesario.
¿Qué es lo que vamos a ver?
El gerente de la compañía, Ignacio Pacho, explica (y pese a que explica, es difícil hacerse una idea): “’Villa-Villa’ no es circo, no es ‘rave’, no es recital, no es percusión, no es ‘performance’. Y es, a la vez, todo eso. En distintos momentos”.
Para De la Guarda (llamada así por el ángel protector y volador), lo aéreo es el código teatral por excelencia. Sus espectáculos apuntan directo a los sentidos y en ellos es vital la interacción con el público (que siempre está de pie, y mirando hacia arriba). De su ‘show’ no se sale siendo el mismo. Se puede volar con ellos, irse con la ropa mojada o los con los bolsillos llenos de juguetes. Eso, si se quiere. Pero, sobre todo, se sale seguro de haber visto algo diferente.
“Lo que proponemos es una fiesta. No tenemos la intención de obligar a la gente a hacer algo. Si bien usamos agua en el show, no se moja quien no quiere. El que quiere, sale empapado”, dice Pacho.
No hay imposición alguna, que es para Pacho la mayor diferencia entre De la Guarda y su principal referente, la compañía catalana La Fura dels Baus. “Pichón reconoce haberse inspirado en La Fura, pero en adelante nuestro objetivo ha sido diferente. La propuesta de nosotros es festiva; no busca la reacción del público mediante la agresión”.
De la primera ‘Villa-Villa’ del 95 a la de ahora ha habido mucho cambio; no en lo esencial, sí en lo tecnológico: antes los efectos de agua, humo, papel... se hacían de forma rudimentaria. Hoy tienen máquinas diseñadas especialmente para el show y manejadas por computador. “No puede haber espacio para el error porque está en juego la seguridad de los artistas”, dice Ariel Rodríguez, director técnico.
¿Acróbatas, actores, bailarines, escaladores? ¿Cómo definir a los protagonistas del espectáculo? En De la Guarda los llaman ‘performers’, palabra en la que unen todas las disciplinas de donde vienen.
Hay unos con más formación de circo que de acrobacia, o viceversa. En lo que todos son expertos es en tener buen estado físico. El show lo exige. “Hacer ‘Villa-Villa’ ocho veces por semana es el mejor entrenamiento”, dice Pacho.
De la Guarda viaja con 27 personas: 12 ‘performers’, cuatro operadores de escenas aéreas, cinco técnicos, y los otros seis son operadores de música, luces, sonido, vestuario, jefe de escenario y gerente de la compañía. Además contratan técnicos locales que colaboran en el montaje.
El éxito que han tenido (estuvieron más de seis meses seguidos en Londres y en Nueva York, por ejemplo), los obligó a conformar compañías paralelas. Han tenido tres puestas de ‘Villa-Villa’ de manera simultánea por el mundo.
Aunque para los conservadores verlo, y sobre todo hacer este espectáculo, puede parecer riesgoso, en esta década no han sufrido ni un accidente, ni de artistas ni de público.
¿Por qué entonces no pasar 75 minutos con estos artistas que han recibido aplausos en los cinco continentes? Una vuelta por los aires no sentaría nada mal. Y el solo hecho de mirar hacia arriba ya para muchos resulta una rareza.
La crítica dice...
‘THE GUARDIAN’
Inglaterra
“De la Guarda te ofrece un espectáculo ante el que debes reaccionar, no uno sobre el que debas escribir reseñas. Te produce el mismo delirio que sientes cuando tu equipo de fútbol ha levantado la copa de campeón. Es una fiesta para los sentidos. Es mejor que el sexo”.
‘USA TODAY’
Estados Unidos
‘Villa-Villa’ es como drogarse, pero sin drogas”.
‘LA NACIÓN’
Argentina
“Este espectáculo logra hacer volar la imaginación del espectador más desprevenido. Es furia, viento, riesgo, adrenalina, tormenta o garúa refrescante y envolvente”.
‘TIME OUT’
Inglaterra
“Es el mejor teatro del mundo”.