Sergio Pitol recibe el premio Cervantes 2005 de manos del Rey de España.
P arís, Francia. Miércoles 03 de mayo de 2006 (El Universal/EFE) El escritor mexicano Sergio Pitol, que hoy recibe en la capital francesa el premio Roger Caillois por su libro “ El arte de la fuga ” , reveló que está “ tratando de escribir una novela histórica ” , un género que “ nunca ” ha tocado.
El literato, que no quiso dar detalles sobre los personajes, indicó a Efe en una entrevista que la novela está ambientada en el México de la segunda mitad del siglo XIX, tras el Imperio de Maximiliano y Carlota.
Pitol, de 73 años y premio Cervantes 2005, manifestó su satisfacción por el galardón Roger Caillois, otorgado por el Pen Club de Francia y la Casa de América Latina de París, porque “ es muy prestigioso ” .
Del personaje que da nombre al galardón, el escritor recordó que “ la escritura de Caillois abarca civilizaciones antiquísimas y también ultramodernas ” .
“ Estudia los sueños, los juegos, los instintos, las piedras, los pulpos, los laberintos y los espejos y coloca todo eso con una plena exactitud para revelar algunos fenómenos oscuros de la sociedad y las personas ” , añadió, antes de recordar que este intelectual francés había vivido durante la Segunda Guerra Mundial en Buenos Aires.
Allí se impregnó de la literatura latinoamericana y en particular de algunos de los grandes autores de la época, como Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, Juan Rulfo o Juan Carlos Onetti, y a su vuelta a París creó la primera colección de literatura latinoamericana en Francia.
De la obra que se le premia ahora en Francia, que describe como “ una autobiografía literaria ” , explicó que “ cuando la estaba escribiendo creía que no le iba a interesar más que a los sobrevivientes de ese tiempo ” , pero que a la vista de su éxito se equivocó, tal vez porque contaba un mundo “ más feliz que el de ahora ” y porque “ la melancolía que lo rodea es muy vital ” .
Se puso a trabajar en ella a comienzos de los años 90, poco después de volver a México tras pasar casi tres décadas en Europa y a lo largo de sus páginas evoca su niñez, su adolescencia - “ riquísima y deslumbrante ” -, sus amigos, sus lecturas, sus viajes.
En “ El arte de la fuga ” hay “ una nota muy amarga ” referida al hecho de que se quedó huérfano a los cuatro años y a que estuvo enfermo a causa de la malaria prácticamente toda su niñez hasta los doce años, contó Pitol, que no obstante recibió de la literatura una gran ayuda durante su convalecencia.
“ Creo que sobreviví por los libros ” , dice de una afición que le llegó a través de su abuela, “ una lectora de sol a sol ” que en las comidas además de dar cuenta de sus vivencias terminaba con una lectura del libro con el que estaba, y para la que “ su ídolo era Tolstoi ” .
Con ese bagaje biográfico en sus primeros años, en particular las lecturas, Pitol dijo que “ creía que todo lo que estaba en los libros era la realidad ” y lo fundamental de su vida era viajar, primero por su país, luego por el Caribe, Suramérica y Estados Unidos y más tarde por Europa.
El escritor estuvo viviendo en París a mediados de los años 70, durante su época de diplomático (llegó a ser embajador en Praga en la década siguiente) cuando ocupaba las funciones de agregado cultural en la legación mexicana.
De esa época “ lo único que no me gustaba era no tener tiempo para escribir y a veces ni para leer ” a causa de la carga de trabajo y de la vida social.