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El músico (Foto: Archivo)
M éxico, 7 de Febrero 2007.(Mary Carmen S. Ambriz/Milennio).- Una historia de la música que puede ser vista como un repertorio barroco, clásico y romántico es lo que representa la Obra integral de Manuel M. Ponce para guitarra (Quindecim/UNAM. México, 2006) reunida por Raúl Zambrano —músico e intérprete de guitarra— y por la ingeniera de sonido, Valeria Palomino —que trabajó por más de 10 años como sonidista en la Sala Nezahualcóyotl—. Entre 2000 y 2003 se realizaron las grabaciones en la Sala Carlos Chávez de la UNAM, y en los dos años siguientes tuvo lugar el proceso de posproducción.
Todo el repertorio que compuso Ponce lo hizo pensando en Segovia, dado que este último anhelaba que la guitarra tuviera una amplia gama de posibilidades que pudieran ser interpretadas en una sala de conciertos. La Obra integral de Manuel M. Ponce para guitarra está compuesta por cinco discos: en el primer volumen se incluyen variaciones, diferencias y homenajes; en el segundo, barroco y música para guitarra y clavecín; en el tercero, sonatas; en el cuarto, preludios, postludio y estudio; y en el quinto, piezas, canciones y el “Concierto del Sur”, en el que participa la Orquesta Sinfónica de San Petersburgo, bajo la dirección de Arkady Shteinluth, y Raúl Zambrano. Entre otros de los guitarristas que participan en esta recopilación musical se encuentran Rafael Jiménez, Guillermo González Phillips, Laura Pavón, Juan Reyes, Arturo Hernández, Alejandro Mora, Gerardo Díaz de León, Ernesto Martínez y Víctor Gardoqui. El quinto disco incluye la última grabación de Manuel López Ramos —falleció en junio de 2006— fundador y director del Estudio de Arte Guitarrístico, que interpreta el “Scherzino mexicano”.
Zambrano tuvo en mente que este proyecto también fuera un homenaje a Segovia y por eso debían convocar a los intérpretes que contaran con la formación impartida por López Ramos. Señala: “Bajo ese espíritu expresivo, quisimos recrear una idea moderna. Deseábamos un sonido fuerte, robusto, menos tenue y cristalino como gotas de agua”.
En caso de que no hubiera sido así la selección interpretativa, Valeria Palomino refiere que se habría visto en la necesidad de usar un amplificador de sonido: “El público prefiere un concierto acústico. Por eso la idea era lograr un sonido grande, profundo, muy presente.”
Con pasaporte falso
Entre la música que Ponce compuso para Segovia, se halla el caso curioso de una pieza —“Suite en La menor”— atribuida a Weiss, compositor del siglo XVII. “La partitura viajó por diferentes países con ‘pasaporte falso’. Tengo varias ediciones en las que aparece Weiss como autor y en realidad no lo es. Cuando vivían Ponce y Segovia nunca se desmintió. El manuscrito se perdió en la guerra civil española. Sabemos que es de Ponce porque Segovia lo confiesa en cartas incluidas en el libro The Segovia-Ponce letter’s", comenta Zambrano, quien interpreta en el segundo volumen dicha suite. López Ramos fue el primero en grabar la suite, reconociendo la autoría de Ponce.
“Segovia era el equivalente a lo que hizo en violín Oistrakh y Rubinstein”, enfatiza Palomino, quien tuvo la fortuna de convencer a Manuel López Ramos para formar parte del proyecto.
El “Scherzino mexicano” es la única pieza que Ponce no compuso pensando en una guitarra sino en un piano. Sin embargo, López Ramos descubrió —en los años 60— que la música podría tener otro matiz si se interpretaba con guitarra.
La Obra integral de Manuel M. Ponce para guitarra se presenta hoy, a las 20:00 horas, en la Sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario.
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