Rancho Las Voces: Artes Plásticas / Italia: Lorenzo Quinn inaugura la 54º Bienal de Venecia
La vigencia de Joan Manuel Serrat / 18

viernes, junio 03, 2011

Artes Plásticas / Italia: Lorenzo Quinn inaugura la 54º Bienal de Venecia

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Pieza que se expone en la Bienal de Venecia Lorenzo Quinn. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua, 3 de junio 2011. (RanchoNEWS).- This is Not a Game («esto no es un juego»), ése es el nombre que ha escogido el escultor Lorenzo Quinn para, de manos de la Galería Halcyon de Londres, acudir a la 54ª Bienal de Venecia, con una poderosa y provocativa instalación que quiere reflexionar sobre la banalización de los conflictos armados.Una nota de Albert Lladó para La Vanguardia:

Quinn no ha escatimado recursos. La pieza está distribuida en dos espacios. En la isla de San Servolo, se presenta como un monumental escenario compuesto por un tanque de guerra –un T55 ruso– y soldados de juguete fundidos a tamaño real situados sobre una plataforma sobre el agua.


Al mismo tiempo, dos manos gigantes, que evidencian el malabarismo de títeres que es cualquier guerra, simulan mover los militares y el carro de combate.

Por otro lado, en el pabellón de Italia, observamos una pared de ladrillo que ha sido destruida por un disparo de un tanque, junto al mensaje garabateado «Esto no es un juego».

La propuesta de Quinn, aunque se presenta con un mensaje simple, es contundente. La relación entre lo lúdico y lo terrorífico, entre el recuerdo de la infancia y la ausencia de la misma en muchos países en los que lo bélico es algo que está «normalizado». Esa analogía, la de la diversión y el exterminio, debería funcionar como un espejo que nos haga sonrojar.

Cristian Maretti, comisario de la instalación, nos dice que «esta obra nos insta a no olvidar el dolor del pasado y pensar en el futuro» y asegura que provoca «un nudo en la garganta a todos aquellos que se rinden, persisten, miran y sienten».

Por su parte, Lorenzo Quinn relata que la idea de This is Not a Game le vino mientras observaba a su hijo jugando en la terraza con soldados y un tanque de plástico, cuando, según explica, se dio cuenta de que «los niños intentan imitar lo que ven en la vida cotidiana» y «la guerra ha comenzado a ser terroríficamente familiar, y ya no causa efecto para aquellos que no están involucrados».


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