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El escritor en la sede del Gobierno catalán. (Foto: Jordi Bedmar)
C iudad Juárez, Chihuahua, 8 de junio 2011. (RanchoNEWS).- No puede creerse que haya recibido el mismo premio que el año pasado recibió el ex presidente norteamericano Jimmy Carter. «¿Quiere eso decir que me estoy haciendo viejo?», se pregunta. Haruki Murakami todavía no ha tenido tiempo de correr (es un amante del jogging) por la Barceloneta, pero ya tiene en sus manos la valiosa mini escultura de Antoni Tàpies (llamada La llave y la letra) que le corresponde como flamante Premio Internacional Cataluña (además de los 80.000 euros que recibirá por su contribución a la cultura mundial) de este año. Una nota de Laura Fernández para El Mundo:
«Soy escritor por naturaleza. No podría hacer otra cosa. Cuando tenía 20 años era propietario de un club de jazz y eso sí que era un duro trabajo. Para mí escribir no es un trabajo, es sólo un placer», dijo el autor de Tokio Blues, amante de George Orwell (a quien dedica su última novela, en realidad, una trilogía, llamada 1Q84), de Stephen King, Fiodor Dostoyekvsy y Franz Kafka. Los cita sin parar. «Creo que los críticos japoneses me odian porque no están acostumbrados a que alguien acepte tan de buen grado todo tipo de influencias», puntualizó Murakami, que dijo no ser consciente de que exista una fórmula para el éxito. «Lo que quiero es que mis lectores se sientan libres, y disfruten, siempre», añadió.
Vive en un mundo que no conoce la barrera entre Oriente y Occidente. «No sé qué es Oriente ni qué es Occidente. Veo a jóvenes japoneses comer hamburguesas y beber Coca-Cola y no pienso que estén haciendo algo occidental, sino que hacen lo propio, lo que les toca, porque las hamburguesas están a su alcance, y éste es su mundo», aseguró. «Yo nací y crecí en Japón, hablo japonés y como comida japonesa, pero a la vez me gusta el jazz y la literatura occidental. Vivo en el mundo y en este mundo las cosas orientales y occidentales están mezcladas, no es fácil definir el este o el oeste. Podríamos decir lo mismo de mi literatura. No puedes descifrar qué es oriental y qué es occidental», añadió.
Cree que en cierto sentido su pueblo es un pueblo maldito. «Lo pasamos mal durante la Segunda Guerra Mundial y cuando tuvimos que salir de aquello, tomamos el camino recto y éste nos condujo a la riqueza y a la paz. Ahora estamos perdidos. No sabemos qué pasará después de esto. Soñábamos con un país rico pero el sueño se ha acabado. Nuestro poder técnico era lo más importante y ahora les tenemos miedo a las centrales nucleares. Estamos completamente paralizados. Como escritor me siento en el deber de encontrar un nuevo camino, transmitir coraje a mi gente, animarles», concluyó el escritor, que mañana por la tarde recibirá oficialmente el premio de mano del presidente de la Generalitat, Artur Mas.
Mayor información: Haruki Murakami
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