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En 2006, Valladares formó parte de la comisión que investigó los feminicidios en el país a petición de la Cámara de Diputados. (Foto: Luis Humberto González)
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iudad Juárez, Chihuahua. 19 de mayo de 2014. (RanchoNEWS).- «¿Qué harías si pudieras atrapar a quien te cagó la vida? ¿Creerías en la justicia o te harías justicia por tu propia mano?» Tal es uno de los planteamientos centrales al que nos confronta la escritora Patricia Valladares en Tan frío como el infierno, su primera novela y al mismo tiempo el título inaugural de la que se pretende una intensa saga de corte policiaco. Una nota de Ángel Vargas para La Jornada:
Finalista del segundo Premio Novela Letras Nuevas, en 2013, y publicado por Planeta, se trata de uno de los escasos relatos de temática negra escritos por mujeres en México, que además se distingue por incluir un discurso ideológico y crítica social insertados en la historia reciente de nuestro país.
Amor, intriga y desesperación son los elementos que se entremezclan en este vertiginoso relato, al puro estilo de los cómics o series policiacas televisivas, protagonizado por una ruda y al mismo tiempo entrañable detective que transita entre lo heroico y lo antiheroico en su afán de encontrar el paradero de una fotógrafa de guerra secuestrada.
Violencia cotidiana
El meollo de este libro es cómo miramos las mujeres la violencia cotidiana, y esto se enmarca en lo que son las novelas negras tradicionales. En ellas no sólo se trata de descubrir un crimen, sino que permite, como telón de fondo, hacer una crítica de todo lo que pasa en la sociedad, destaca la también sicóloga clínica y catedrática universitaria.
«No se trata de literatura de denuncia, más bien es una novela negra con perspectiva de género. Toma los clichés de novela negra de un detective borracho y solitario para, a partir de eso, tratar de cambiar el mundo.»
En entrevista, Patricia Valladares señala que su impulso inicial era hacer un recuento de lo que pasa en el universo femenino con relación a la violencia, a partir de una historia de amor entre un par de cuarentones que sostienen una relación clandestina.
«Sin embargo, poco a poco se fueron filtrando otros asuntos que prevalecen en la realidad nacional, como la narcoguerra y la inseguridad, y que me obligaron a analizar qué hacemos con ese entorno tan doloroso y terrorífico. Porque, indiscutiblemente, en vez de quedarse paralizado uno debe actuar, moverse, y no dejarse agobiar por el miedo.»
En Tan frío como el infierno –que será presentada el 23 de mayo, a las 17 horas, en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)–, la autora emplea como telón de fondo la caótica y sangrienta realidad que impera en el país.
De tal manera, se hace alusión directa a la guerra contra el narcotráfico, el conflicto magisterial en Oaxaca, la captura de bandas de secuestradores en diferentes puntos de la República, la violencia de género y los feminicidios.
«La violencia está presente en esta novela pero no descrita de forma explícita ni morbosa. Se habla de ella desde el punto de vista de las mujeres. Empieza con la relativa a un secuestro, pero luego se extiende a la de otros tipos, como la física, la emocional, la sexual, la trata de personas....»
«Lo importante del asunto es que el lector advierta que aquí, en Afganistán o China es la misma cosa de horror, por un lado contra las mujeres y, por otro, contra los ciudadanos de a pie, que la violencia está en todos lados.»
Los datos vertidos en este relato, en lo que concierne la violencia de género en México, son reales, lo que confiere mayor veracidad y dramatismo a la historia. Esto es producto de los 25 años que la autora ha dedicado al estudio de ese tema, incluso en 2006 formó parte de la comisión que investigó los feminicidios en el país a petición de la Cámara de Diputados. A ello se suman sus 30 años de experiencia como sicóloga clínica, en los que se ha especializado en tratar estos casos.
«Una de las premisas principales de este libro es que está pensando en que los cuerpos de las mujeres son territorio de guerra. Para desentrañar este misterio es ver qué pasa con las mujeres que siempre son consideradas como botín, sea político o de guerra,» resalta Patricia Valladares.
«Otro factor interesante es que esta historia está vista desde el punto de vista femenino y que la protagonista es mujer. Si analizamos la novela negra era un campo casi exclusivo de hombres, donde ellos tenían el bastión de mirar la violencia.
«Si vemos la novela negra escrita por hombres, es como muy cruda y se regodea en escenas de violencia. Pero desde esta visión femenina es algo más sugerido; se trata de mostrar al lector ciertas escenas para que se dé cuenta de lo que estamos viviendo, no de hacer una apología».
De acuerdo con la escritora, esta novela dista de ser una reivindicación de género: «No es una bandera feminista, en el sentido de que tenemos que decir lo que nos está pasando a las mujeres. El meollo del asunto es que son precisamente mujeres que se niegan a ser víctimas.
«Las protagonistas de la historia, entre ellas la detective, una periodista y una indigenista, están fuera de los clichés sobre lo que es ser mujer, y todas están dispuestas a hacer lo que sea por lograr justicia».
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