El 19 de junio se cumplieron 10 años del fallecimiento del escritor e intelectual mexicano Carlos Monsiváis. (Foto: La Jornada/Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 22 de junio de 2020. (RanchoNEWS).- Algo que tienen en común el periodismo cultural y la nota roja es que tratan continuamente el tema de los muertos y las muertes, cada uno a su manera. La prensa criminalista, o bien policiaca, puede ser sobria, seria, digna, en ocasiones bien escrita (como era el caso de nuestros compañeros Manuel Altamira y Javier Valdez Cárdenas, quien acabó él mismo en la nota roja). Con mayor frecuencia es sensacionalista, sexista, discriminatoria, denigrante y hasta falsa. En la Ciudad de México tenemos ejemplos lamentables de lo último, que hacen añorar Alarma!, Alerta! y otros antiguos cementerios impresos de vidas y reputaciones.
Hoy, los Metinides de la pluma parecen más a gusto en la novela negra y la saga de los cárteles. Al reportero de policiacas, y al fotógrafo, toca la ingrata necesidad de pegarse a las patrullas en los operativos; las andan cazando con radios y celulares. Conocen el olor a sangre, cadáver, carne quemada. Van de la escena del crimen o el deceso callejero a las morgues, las procuradurías, las comandancias. Y en un giro del género narrativo, ahora quedan incluidas en la nota roja las fuerzas armadas, progresivamente convertidas en superpolicías por los pasados cuatro gobiernos.
El texto de Hermann Bellinghausen espublicado por La Jornada
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