Pequeño gran Ricardo. (Foto: La Jornada Semanal)
C iudad Juárez, Chihuahua. 31 de mayo de 2020. (RanchoNEWS).- Nacido en el condado de Macon, en el estado de Georgia, en el país de Estados Unidos, en el año de 1934, el Pequeño Ricardo fue un pianista negro, afeminado y roncanrolero que reformó la pluralidad racial, sexual y musical mucho más allá de los límites de su patria u oficio. Dicho de otra forma: tengamos la edad que tengamos y nos dediquemos a lo que sea que hagamos en la vida, el producto de su talento valeroso nos alienta y pertenece a todos. Así, aunque natural por una edad octogenaria, su reciente fallecimiento debe ser motivo de memoria, reflexión y celebración en el más estricto de los sentidos.
Corría el año ’82 cuando el Pequeño Ricardo le dijo al conductor David Letterman, durante una entrevista, que con once hermanos debía hacer lo necesario para sobrellevar las cosas. Yendo de la casa a la iglesia o al cine con su familia, resistió lo que pudo ante el llamado del espejo hasta que poco a poco comenzó a maquillarse «para no lucir tan rudo frente a las niñas blancas». Luego se aceptó como un gay que, al defraudar a sus padres, debía abandonar la casa cumplidos los diecisiete años de edad. Entonces… triunfó. Inventó el Rock &Roll. ¿Cómo? Fluyendo cual agua derramada. Encontrando grietas, poros, salidas insospechadas para su enorme capacidad creativa, incluso abusando de drogas y alcohol.
El texto de Alonso Arreola lo publica el suplemento Semanal de La Jornada
El texto