C iudad Juárez, Chihuahua. 18 de julio de 2022. (RanchoNEWS).- The Kinks es una de las grandes agrupaciones británicas de todos los tiempos. Parte esencial de la llamada Ola inglesa de mediados de los años sesenta del siglo pasado, este cuarteto liderado por el genio creativo de Ray Davies (nacido en Londres en junio de 1944) se encargó durante casi tres décadas (su primer disco apareció en 1964 y el último en 1993) de hacer una crónica llena de color y sarcasmo, de inteligencia y gracia, acerca de la vida del pueblo inglés en todos sus estratos sociales. Con letras en ocasiones muy críticas, en ocasiones muy cáusticas, pero también muchas veces cálidas y empáticas, además de una entrañable música que nunca abandonó su característico estilo (un rock clásico muy à la Reino Unido), los Kinks poseen una vasta obra discográfica en la que destacan muchos de sus álbumes. Entre ellos, uno de los primeros en brillar con luz propia fue Face to Face (aparecido en octubre de 1966), al que podemos considerar como el primer esfuerzo de Ray Davies y compañía (incluido su hermano menor, el estupendo guitarrista y esporádico compositor y vocalista Dave Davies) por realizar una obra redonda, con una producción muy cuidada del propio Ray y una intención que lo podría definir como uno de los primeros álbumes conceptuales de la historia del rock (de hecho, apareció siete meses antes que el muy conceptual Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de los Beatles).
1966 fue un año clave para el desarrollo del rock. Situado entre el despertar psicodélico de 1965 y la explosión creativa de 1967, el año del doble seis no sólo fue un puente sino una senda llena de creatividad y exploraciones artísticas dentro de una música que no acababa de quitarse la etiqueta de efímera y anodina por parte de los medios. Para los Kinks, el 66 fue también un año de gran importancia. Si en el 64 y el 65 habían grabado temas fundamentales para la historia del rock como «You Really Got Me», «Tired of Waiting for You» «All Day and All of the Night», «Set Me Free» y «Where Have All the Good Times Gone», sus tres primeros álbumes (Kinks, de 1964; Kinda Kinks, de 1965 y The Kink Kontroversy, también de 1965) habían sido una mera colección de temas propios con algunas estupendas versiones de viejos blueses (como «Milk Cow Blues») o de composiciones de Chuck Berry (como «Beautiful Delilah»).
El texto de Hugo García Michel lo publica Nexos