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Isabella Rossellini (arriba) leyó la carta enviada por Panahi desde la cárcel (abajo). (Foto: El Cultural)
C iudad Juárez, Chihuahua, 12 de febrero 2011. (RanchoNEWS).- La presidenta del jurado del 61 Festival de Berlín, Isabella Rossellini, ha leído una carta enviada por el cineasta iraní Jafar Panahi para ser leída públicamente en la cita berlinesa. El director de obras maestras como El globo blanco (1995) o El círculo (2000), encarcelado y silenciado por el régimen de Ahmadineyad, expresa en esta emotiva nota su capacidad de resistencia y su deseo por seguir haciendo películas... con su imaginación. Una nota de la redacción de El Cultural. He aquí la carta al completo:
El mundo del cineasta está marcado por las interacciones entre la realidad y los sueños. El cineasta utiliza la realidad bajo su inspiración, la pinta con el color de su imaginación, y crea una película que es una proyección de sus esperanzas y sueños.
La realidad es que no me han dejado hacer películas durante los últimos cinco años y que ahora estoy oficialmente sentenciado y me privan de este derecho por otros veinte años más. Pero sé que seguiré convirtiendo mis sueños en películas con mi imaginación. Como un director socialmente sensible, admito que no podré retratar los problemas diarios y las preocupaciones de mi pueblo, pero no me negaré el sueño de que después de veinte años todos los problemas habrán desaparecido y haré películas sobre la paz y la prosperidad en mi país cuando tenga la oportunidad de volver a dirigir.
La realidad es que me han desposeído de la posibilidad de pensar y de escribir durante veinte años, pero no pueden impedirme que sueñe que, transcurridos esos veinte años, la inquisición y la intimidación serán reemplazados por la libertad y el libre pensamiento.
Me han privado de poder ver el mundo durante veinte años. Espero que cuando sea libre, pueda viajar en un mundo sin fronteras geográficas, étnicas o ideológicas, donde la gente viva junta, en paz y en libertad, a pesar de sus creencias y convicciones.
Me han condenado a veinte años de silencio. Pero en mis sueños, grito por un tiempo en el que podamos tolerarnos los unos a los otros, respetar nuestras opiniones y vivir nuestras propias vidas.
Últimamente, la realidad de mi veredicto es que debo permanecer seis años en la cárcel. Viviré los próximos seis años con la esperanza de que mis sueños se conviertan en realidad. Deseo que mis colegas cineastas en cada rincón del mundo hagan películas tan grandes que cuando salga de prisión encuentre la inspiración necesaria para seguir viviendo en el mundo que han soñado en sus películas.
Así que, a partir de ahora, y por los próximos veinte años, me fuerzan al silencio. Estoy forzado a no poder ver, estoy forzado a no poder pensar, estoy forzado a no poder hacer películas.
Me someto a la realidad de la cautividad y de los captores. Buscaré la manifestación de mis sueños en vuestras películas, esperando encontrar en ellas aquello de lo que me han desposeído.
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