.
Ilustración del dibujante, incluida en su libro Diario de Nueva York. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua, 4 de octubre 2011. (RanchoNEWS).- Para el caricaturista estadunidense Peter Kuper (Ohio, 1958), radicado en Nueva York desde hace 34 años, las actuales tiras cómicas son objeto de nuevos estilos que se alejan «de los grandes músculos y de Mickey Mouse». Una nota de Merry MacMasters para La Jornada:
Además de un mayor realismo, la variedad de tendencias incluye aquellas asociadas con las bellas artes, como la xilografía o la pintura.
En las caricaturas que integran Diario de Nueva York (Sexto Piso, 2011), libro que abarca casi tres décadas de trabajo que hoy será presentado a las 20 horas en el Instituto Italiano de Cultura (calle Francisco Sosa 77, Coyoacán), Kuper emplea múltiples estilos, debido a que le interesa llevar al cómic «mis intereses en la historia del arte, por ejemplo, el expresionismo alemán, el grafiti, Charles Chaplin –amo las viejas películas mudas y Tiempos modernos es una de mis piezas favoritas de arte–, y las tempranas tiras cómicas que aparecieron en periódicos a principios del siglo XX».
Desde el ámbito estilístico explora cualquier material que parezca apropiado para el relato: «A veces empleo esténciles y pintura de espray, y también scratchboard, papel cubierto de gis al que se le puede aplicar tinta, rascar y da la calidad de un impreso de (José Guadalupe) Posada. Así realicé en cómic La metamorfosis, de Franz Kafka».
Estancia en Oaxaca
Durante su estancia de dos años en Oaxaca, Kuper hizo muchas acuarelas, así como dibujos con lápices a colores, pluma y tinta, porque era «apropiado para el tema».
Al respecto, explica: «Hice muchos dibujos acerca de la huelga de maestros que había en ese momento en Oaxaca. Luego subí algunos de esos dibujos en Internet y de esta manera el movimiento circuló por el mundo».
Manifiesta que «una bella escena está bien, pero si en ella hay soldados o personas en huelga tiene mayor profundidad, la cual me gusta tener en mi trabajo».
Como su estancia oaxaqueña propició el libro Diario de Oaxaca (Sexto Piso, 2009), uno dedicado a su ciudad adoptiva era obligatorio. La imagen que da de Nueva York refleja tanto «la luz y la oscuridad en lo emotivo y la realidad del contraste entre ricos y pobres, bello y no tan bello, la increíble intensidad de la vida, la energía que allí existe, que es bastante creativa».
Respecto de su relación con la urbe de hierro, Kuper expresa: «De cierta manera me siento como turista en Nueva York. La ciudad siempre me sorprende, es muy interactiva, así que cuando camino por la calle encuentro personas que piden dinero o descubro un elemento arquitectónico en el que no había reparado. Desplazarse a cierto sector es como entrar a China; en otro, a Italia, otro, a una comunidad artística y, uno más, a un vecindario judío. Es un proceso de descubrimiento que nunca termina».
El ataque a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 impactó la obra de Kuper: «Cuando tenía ocho años –explica– vi una película, Fail safe, en la cual para de evitar una tercera guerra mundial es bombardeada Nueva York. La posibilidad de una gran destrucción siempre permaneció en mi mente, pero cuando en realidad sucedió hubo una desconexión. Casi me resultó mejor imaginarlo que verlo frente a mis ojos».
Fue entonces que Kuper sintió «la insuficiencia del arte, porque deseaba hacer más por medio de éste para mejorar las cosas. Al final de cuentas pasó que encontré en el dibujo la reunión con otros artistas y la creación, una manera de sobrevivir emocionalmente la experiencia.
«Desde 1979 –prosigue Peter Kuper– publico la revista llamada irónicamente World War 3 Illustrated, con un grupo de artistas también con compromiso político. Cuando sucedió el 11-S tener una revista resultó ser un medio alternativo que nos permitió reunirnos y comentar nuestro sentir acerca de la experiencia y comunicarlo.
«En ese momento había mucha censura a los medios que publicaran información contrastante con la posición del gobierno. Por ejemplo, en relación con el ataque inmediato contra Afganistán o la entrada a Irak. Así el arte pudo tener un uso relevante».
¿Los sucesos del 11-S afectaron su manera de aproximarse a la caricatura?
Me hicieron más ansioso por hacer más trabajo dirigido a lo que sucedía en Estados Unidos en lo político. Ya no lo hacía, pero (lo ocurrido el 11-S) incrementó el tipo y la cantidad de trabajo. En cierto momento, como al año o dos, hubo más oportunidad, porque las personas no estaban contentas con la manera en que el gobierno había reaccionado, así que hubo más y más discusión.
Peter Kuper también enseña caricatura en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, y a partir de enero estrenará una cátedra en el género en la Universidad de Harvard. A lo largo de muchos años ha promovido el cómic como forma artística y cómo éste puede abordar todo tipo de temas, además de la fantasía y el humor.
REGRESAR A LA REVISTA