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Una tormenta hace girar las aspas del molino
que salvajemente, en la oscuridad de la noche, muele la nada.
Las mismas leyes te mantienen despierto.
La panza del tiburón gris es tu débil lámpara.
Recuerdos difusos se hunden en la profundidad del mar
y allí se petrifican junto a extrañas columnas. Verde
de algas está tu muleta. Quien
se va hacia la mar regresa rígido.
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