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ADABI forma a profesionales que se encargan de difundir la cultura archivística de conservación; ayuda en la limpieza y catalogación y restauración de los archivos; promueve la digitalización y microfilmación de materiales, entre otras actividades. (Foto: Cortesía ADABI )
C iudad Juárez, Chihuahua. 4 de mayo de 2013. (RanchoNEWS).- En Janos, un municipio fronterizo de Chihuahua, descubrieron el archivo de avanzadas militares con informes únicos que echan luz sobre la vida cotidiana en la frontera de México con Estados Unidos en la época novohispana; en el Archivo Municipal de Libres, en Puebla, han podido dar con documentación en náhuatl que muestra evidencia del pacto entre las autoridades españolas y las autoridades indígenas, y cómo transformaron los procesos judiciales, cómo se hacían en la forma indígena y cómo pasaron a hacerse a la manera española. Una nota de Yanet Aguilar Sosa para El Universal:
Ese par de acervos encontrados en archivos municipales son dos de los hallazgos que la asociación civil Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (ADABI) ha logrado en sus 10 años de labor dirigida a salvaguardar los archivos históricos y bibliotecas con fondo antiguo.
El 9 de mayo de 2003 nació la asociación civil ADABI (Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México), institución que cuenta con el apoyo de la Fundación Alfred Harp Helú, y que ha ayudado en más de 600 archivos de más de 700 instituciones en 28 estados del país y se mantiene como la única organización en Latinoamérica que se dedica sistemáticamente al rescate y conservación de archivos históricos y bibliotecas con acervos antiguos.
Sean municipales, estatales, federales, eclesiásticos o privados, todos los archivos son dignos de salvarse porque forman parte del riquísimo patrimonio documental de México. ADABI de México no sólo apoya el rescate, catalogación y difusión de archivos históricos, además capacita a encargados de bibliotecas con fondo antiguo, desde códices, y fondos novohispanos, del siglo XIX y XX; también apoya económicamente proyectos en bibliotecas y centros de documentación que lo requieran.
«Hoy existe una mayor sensibilización en cuanto al patrimonio documental, en 10 años hemos tenido contacto con más de 700 instituciones, con ellas hemos tenido más de 600 proyectos de todo tipo; todos estos proyectos de alguna manera han incidido en alguna actividad de personas cercanas a estas instituciones», asegura Stella María González Cicero, la directora de ADABI. La impulsora de la institución que preside María Isabel Grañén Porrúa, esposa del empresario Alfredo Harp Helú, tiene claro que en México existe un gran patrimonio documental que debemos preservar, catalogar y por el cual trabajar, por lo que hay que dejar de lamentarse del patrimonio que está fuera de México y mejor trabajar en preservar lo que hay aquí.
«Hay miles de archivos esperando a que los investigadores lleguen, ya no nos encontramos con un tiradero de papeles, hay muchos archivos ya organizados, inventariados, con catálogos, también las instituciones han hecho mucho por los archivos y bibliotecas; si algo hemos sabido en ADABI de México es conjuntar esfuerzos y entre todos hemos logrado cosas», dice González Cicero.
ADABI de México tiene una labor múltiple, forma a profesionales que se encargan de difundir la cultura archivística de conservación ya sea gráfica o escrita; tiene personal que ayuda en la limpieza y catalogación y restauración de los archivos; promueve la digitalización y microfilmación de materiales, publica los catálogos y memorias de las intervenciones y difunde los archivos en los que ha trabajado.
Tesoros descubiertos
«En Janos, municipio de Chihuahua, que está en frontera con Estados Unidos, hallamos un archivo de lo que eran las avanzadas militares en la época novohispana; allí, junto con el INAH, descubrimos un archivo verdaderamente maravilloso, de estos archivos de presidios prácticamente no queda nada y este que queda es una perla del patrimonio, este tiene todos los registros de la vida de ese presidio, a qué horas se levantaban, qué actividades hacían, qué comían, qué desayunaban, cuándo venía el médico, cuándo venía el zapatero a componer zapatos, cuándo llegaba el que reparaba los trajes, cuándo salían las incursiones, cuántos soldados salían, cuántos caballos tenían, qué arma y cuántas. Nos trasladamos a través de ese archivo a vivir en ese presidio, a la cotidianidad de esa avanzada militar», señala González Cicero.
Otro gran hallazgo que ha atestiguado ADABI en esta década de trabajo es el Archivo Municipal de Libres, en Puebla; allí, dentro del archivo judicial, mucho del cual está en náhuatl, una investigadora que conoce el náhuatl les ayudó a revisar esa documentación y encontró que es un archivo valiosísimo porque se ve todo el proceso del pacto entre las autoridades españolas y las indígenas.
Para González Cicero otro acervo de gran interés es el Archivo de Tecali, también en Puebla, que es un archivo muy grande para ser municipal, tenía alrededor de 900 cajas; número muy superior para un archivo municipal que suele tener 150 o 200 cajas, y la mayoría alcanza 40 o 60 cajas de documentos.
Pero más allá de los archivos municipales que han apoyado o intervenido, están los parroquiales que resguardan materiales también invaluables para la historia eclesiástica, que son los más apoyados por ADABI, pues la gestión es más sencilla que con los municipios.
«Si tenemos organizados 339 archivos, entre municipales y parroquiales, una tercera parte es municipal y las dos terceras partes es parroquial, o sea que tenemos más facilidades de entrar y trabajar con los párrocos que en los propios municipios», dice González Cicero.
La directora de la asociación civil que prepara un programa de trabajo en todo el país para celebrar 10 años, asegura que los archivos parroquiales, en general, están bien.
«Tal vez lo que necesiten es limpieza, restauración porque fueron muy usados, pero encontramos que no hay grandes pérdidas, que quizás falte el libro de un año; son archivos que requieren poca inversión, un lugar especial dónde resguardarlos, tal vez los materiales donde los resguardan no sean los correctos y necesiten materiales libres de ácidos, cajas especiales; hemos encontrado muy buena apertura por parte de los párrocos para revisar esos archivos», dice la directora de ADABI.
La primera década de vida, que se cumple el 9 de mayo, ha sido muy fructífera para la institución que ha recuperado archivos fotográficos, gubernamentales, eclesiásticos, privados y los acervos de bibliotecas y libro antiguo. Caminan hacia nuevos proyectos con la certeza de que «no es sólo rescatar 10 mil archivos, el asunto es si dentro de esos 10 mil archivos encontramos 100 que nos den pautas de cambios de procesos históricos, pues cumplimos en la conservación de esta memoria», señala Stella María González Cicero.
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