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«He sentido una necesidad animal de adaptar a Bolaño». (Foto: Antonio Moreno)
C
iudad Juárez, Chihuahua. 24 de enero de 2014. (RanchoNEWS).- Es uno de los directores más prolíficos de nuestra escena. En los últimos meses ha llevado Madame Butterfly a La Fenice, programado en Temporada Alta Migranland y ha vuelto sobre el escritor chileno Roberto Bolaño irrumpiendo en la Biennale de Venecia con El policía de las ratas, que el miércoles recala en La Abadía de Madrid. Por si fuera poco, volverá en abril a los escenarios alemanes con una revisión de la obra 2666. Una entrevista de Javier López Rejas para El Cultural:
«Lo que más me atrae de Roberto Bolaño es la calidad de su narración literaria. Esa capacidad para hacerte navegar en un mar de palabras. Su poesía. Su excelencia. En mi caso no hay un intento de convertir un relato a teatro. Lo que perseguimos es que el teatro se acerque un poco más a la ficción literaria». Así explica Àlex Rigola (Barcelona, 1969) a El Cultural su manera de entender la obra del escritor chileno y una de las principales causas por las que ha dirigido y adaptado El policía de las ratas, un relato breve del autor de 2666 que estrenó en julio en la Biennale veneciana, que ya pasó por el Lliure el pasado otoño y que el próximo 29 de enero presenta en La Abadía de Madrid tras un largo período de gestación en la Schaubühne berlinesa.
A partir del texto de Bolaño vemos la magia teatral de Rigola (que estos días se esconde de los medios a juzgar por lo que cuesta localizarlo) y el genio de Kafka. No en vano, el relato del que toma nombre la obra está inspirado en un cuento del autor checo llamado Josefina la cantora o el pueblo de los ratones. Con estos mimbres se ha construido el montaje que podrá verse en Madrid la semana que viene, gracias a una concatenación de talentos que mostrarán las interpretaciones de Andreu Benito y Joan Carreras. La obra invita al espectador a reivindicar al individuo, a ser algo más que una pequeña pieza en la contabilidad de los poderes políticos y económicos. De esta forma, lo extraño puede llegar a coexistir junto a lo colectivo. Las almas de Kafka y Bolaño se destilan, pues, en una puesta escena sencilla pero impactante a la que asisten hasta las ratas...
¿Cómo surgió la idea de llevar a escena este relato?
La génesis de todo está en el amor al Bolaño escritor y en la necesidad animal de querer que su prosa poética tenga también un espacio en la escena de nuestro país.
Kafka, Bolaño... ¿Qué ha aportado cada uno a El policía de las ratas?
Bolaño parte del relato de Kafka con la misma idea de fabular, de humanizar animales para distanciarnos de los protagonistas y así asumir mucho más la crítica hacia nosotros mismos. Kafka ofrece la inspiración de este juego, pero Bolaño... es evidente que en este match Kafka-Bolaño el hijo gana al padre por goleada.
¿Ha encontrado en el reconocido escritor chileno su alter ego escénico?
No lo sé. Me gusta lo que narra, me gusta cómo narra y me gustan las traslaciones escénicas que encontramos para que sea puesto en escena. Esta idea de dejar sus palabras en boca de los actores sin muchos artificios. Hay que saber actuar pero sobre todo hay que escribir muy bien para tener al público atrapado en la butaca sin pestañear durante una hora. Poco queda por aportar desde la dirección escénica. Simplemente ver, como digo, fluir las palabras en boca de los actores, sin prisas y con matices sin apenas movimiento. Dejar que la página en blanco quede trazada por la fina caligrafía de su autor para provocar el silencio en una sala acogedora. Un silencio triste con gotas de humor y sombra poética e invadido por ese querer saber más sobre el género policíaco.
Una historia detectivesca sobre la diferencia y el arte. ¿Qué encierra el subtítulo de la obra? ¿Hay que permanecer al margen de lo colectivo para descubrir lo esencial?
Creo que hay que dar espacio a lo marginal igual que lo tiene lo colectivo. Es en los abismos donde crecen nuevas formas de belleza. Y no hablo del arte únicamente. Solo dejando que lo diferente conviva con lo colectivo lograremos avanzar.
¿Una masa descontrolada?
Tampoco Àlex Rigola oculta su preocupación sobre el papel del individuo en la sociedad. «En estos momentos -señala- somos vistos más como una masa descontrolada, con la que se comercia y se manipula, que como seres humanos». Arrastrado por esa idea casi radical del papel del individuo, el exdirector del Lliure considera que ahora es cuando más se precisa reclamar el espacio escénico para el brillo personal y creativo de cada uno: «Estamos ante un relato duro y cruel sobre el mundo bajo las alcantarillas, un reflejo de nuestra sociedad desgastada y su alineación».
¿Qué nos cuenta esta obra de la sociedad contemporánea?
Detrás de Roberto Bolaño siempre hay una postura crítica sobre el comportamiento del ser humano.
¿Podría resumir la propuesta de El policía de las ratas en la coyuntura social y política que vivimos?
Defiende el derecho a la diferencia y a la marginalidad.
¿Qué diferencias importantes hay entre el texto de Bolaño y su adaptación?
Muy pocas en cuanto a aportaciones de texto. He añadido al forense como segundo narrador mientras que en el texto original recae todo el peso de la narración sobre Pepe El tira'.
Rigola vuelve una y otra vez sobre la capacidad de crítica del escritor chileno: «Bolaño reclama un espacio para la figura del poeta, del artista. Cuando toda la cultura parece ser apreciada mayoritariamente por sus estadísticas de venta y ocupación, él busca, critica, ataca y defiende ese espacio para la literatura y el arte fuera del folletín. Ese espacio del arte por el arte en donde todo puede devenir en poesía independientemente del juicio populista y presentarse fuera de lo que gusta a la mayoría a través de un relato triste y algo enfermizo».
Gran parte de sus obras se han acercado bastante a la literatura. ¿La consideraría la fuente principal de su trabajo?
Lo considero una gran fuente de contenido que normalmente me hace buscar nuevas formas de narración.
Neurólogos, asesinos y artistas
¿Sería también esta obra una reflexión sobre el lugar de la estética en el mundo actual?
No como discurso total pero sí como reflexión sobre la relación entre política y cultura.
¿Casa bien thriller y reivindicación del arte desde su experiencia como adaptador?
Muy bien, de hecho un neurólogo que vino al teatro nos comentó el gran parecido entre los resultados de los escáneres cerebrales hechos a los asesinos y los artistas.
Algunos piensan que es lo único que nos puede redimir de tanta corrupción y degradación moral y financiera...
El que crea que el teatro es lo único que nos puede redimir de lo que sea, necesita redimirse de tal gilipollez. En todo caso es una forma de narración que nos ayuda a reflexionar, a pasar el tiempo, a llorar, a respirar, a gozar... y algunas veces a dormir.
¿Cómo fue el planteamiento de la puesta en escena de El policía...?
La de regalar una página en blanco donde la palabra de Bolaño en boca de grandes actores dejara trazos de emoción y de contenido.
Vuelve sobre 2666 en la Schaubühne de Berlín. ¿Cómo será este nuevo montaje?
Muy parecido en cuanto a concepto de espacio escénico pero por el resto hasta que no empiece a ensayar con los actores me es muy difícil avanzar nada en estos momentos.
¿Qué tiene la escena alemana en estos momentos que le falta a la española?
Que todas las instituciones públicas creen en la cultura como un bien y no como un lujo. Y esto se traduce en la diferencia de medios que ponen a su disposición.
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